El tercer homenaje de Estado a las víctimas de la pandemia de covid-19 ha dejado imágenes del dolor de familiares de enfermos y sanitarios que han caído víctimas de la enfermedad. De las trescientas personas que han estado presentes en la Plaza de Armas del Palacio Real de Madrid, la escena de una madre dando consuelo a su hija ha destacado entre todas.
Bajo un sol abrasador, autoridades y familiares en representación de las casi ciento diez mil personas muertas en nuestro país como consecuencia de la covid-19, han recordado su memoria y el compromiso de todos de no dejarles caer en el olvido.
Por eso, las lagrimas de una adolescente en mitad del silencio han atraído la atención de todos los presentes.
Junto a ella, su madre trata desde la cercanía de consolarla, pero el recuerdo es aún más fuerte y el dolor, expresado en lágrimas, no para.
Tras un segundo, la madre, atenta a los sentimientos de su hija la atrae hacia ella, la sienta sobre sus rodillas y ambas se funden en un abrazo que resumen el coraje de toda una sociedad que lucha para salir adelante tras esta crisis sanitaria sin dejar atrás a nadie y sin que el olvido oscurezca la labor de miles de sanitarios que dieron sus vidas para que otros tantos de ciudadanos pudieran conservar la suya.