Si no existieran las predicciones meteorológicas nos resultaría impensable imaginar que en pocas horas vamos a pasar de la manga corta a la chaqueta, pero así es. Ojo, es normal: la primavera es una época de vaivenes, y hasta el 21 de junio la atmósfera aún nos puede deparar sorpresas. La próxima llegará el miércoles, cuando asistamos a la entrada de una vaguada por el norte peninsular, unido a la incursión de una masa de aire frío atlántico.
Los efectos que se prevén son dos: lluvias y tormentones en la mitad norte peninsular, y un desplome de los termómetros que notaremos en casi todo el país y que la Aemet ha calificado de "extraordinario". No es para menos: se prevén caídas de más de 10ºC en buena parte del país, y excepcional de hasta 17ºC.
Así, las zonas más afectadas por el cambio de tiempo corresponden al valle del Ebro y cuadrante noreste peninsular. Allí los desplomes entre un día para otro serán de entre 12 y 17 grados menos, tal y como se puede observar en los mapas de variación de la Aemet.
*Imagen: variación de las temperaturas prevista entre el martes y el miércoles / Aemet
Zaragoza y Navarra se llevan la palma con los desplomes. En las estaciones colocadas a lo largo de las dos provincias se esperan que pasen de máximas de 37ºC a 21ºC, en el caso de Zaragoza; o de 30ºC a 13ºC en el caso de Pamplona. Si echamos cuentas, eso son 17ºC menos.
En el resto del país la caída no va a ser tan extrema pero la notaremos igualmente: de 30ºC a 22ºC en Teruel, de 32ºC a 24ºC en Lérida, de 30ºC a 18ºC en Logroño, de 31ºC a 25ºC en Jaén. En algunos puntos la sensación térmica será incluso menor por el viento, que soplará de componente noroeste y oeste. Las tormentas localmente fuertes y persistentes en el Cantábrico oriental y el norte de Navarra también jugarán un papel importante a la hora de refrescar el ambiente.
La excepción la encontraremos en las costas del Mediterráneo, donde las temperaturas incluso subirán notablemente. Destacan las costas de Alicante y Murcia, con esos ascensos de 26ºC a 31ºC en Mazarrón o de 24ºC a 30ºC en Santa Pola.
Este desplome de los termómetros llega solo quince días después de uno que incluso obligó a la Aemet a emitir una nota informativa, y cuyo origen estuvo en parte por otra masa de aire polar marítimo. En aquel momento la situación fue incluso más llamativa porque tenía lugar justo después de un importante episodio de altas temperaturas. Además, en vez de una vaguada como vamos a tener en este caso, la atmósfera se revolucionó debido a la entrada de una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) que trajo lluvias al norte peninsular.
El aire frío nos acompañará al menos hasta el sábado, cuando se prevé un importante repunte de los termómetros en todo el país. Para entonces los modelos apuntan a valores más normales para la época o incluso cálidos, y las lluvias habrán desaparecido prácticamente del mapa.