Una enorme nube negra y un cielo verde oscuro anunciaron la llegada de la tempestad la noche del miércoles. A los pocos minutos, los agresivos vientos de varios tornados tornados arrasaban todo a su paso en el estado de Oklahoma y partes de Texas, en Estados Unidos. La devastación es total. Todavía se desconoce cuántas casas han quedado destrozadas por la tormenta.
El norte de Oklahoma ha quedado arrasado por dos tornados que llegaban seguidos en menos de 48 horas. Los destrozos y daños materiales todavía son incalculables, según las autoridades.
Los vientos huracanados, las fuertes lluvias y el granizo han provocado cortes de luz que han afectado a más de 14.000 usuarios, especialmente en la ciudad de Seminole. La gente corrió a refugiarse donde podía, en los colegios e incluso supermercados. Algunas personas en el condado lo han perdido todo.
El Servicio Meteorológico Nacional (NWS, por sus siglas en inglés) advierte de posibles tornados durante el jueves, con riesgo especialmente en el estado de Texas, así como el sur de Arkansas y norte de Luisiana. "Se esperan ráfagas dispersas y dañinas, granizo grande aislado y algunos tornados son posibles", ha informado.