Escenario apocalíptico en Nueva Gales del Sur, Australia que han pasado de los cruentos incendios a las tormentas de polvo. Los testigos hablan de nubes gigantescas que impedían la visibilidad. En Canberra y Melbourne, mientras tanto caía una intensa granizada.
Dubbo y Parkes han sido las ciudades más afectadas por la gigantesca tormenta de polvo que sorprendió a los vecinos conduciendo sus coches o en lugares públicos cuando vieron cómo el cielo se tornó oscuro, como si fuera de noche.
Los expertos advierten que las tormentas de polvo podrían extenderse a ciudades más pobladas, como Sydney.
En Melbourne y Canberra, mientras tanto, cayeron intensas tormentas de granizo en la tarde del domingo y Victoria, con incendios todavía activos, daba la enhorabuena a las fuertes lluvias , aunque las autoridades advirtieron de eventuales peligros por desprendimientos y corrimiento de tierras.
El primer ministro del Estado, Daniel Andrews, dijo que la lluvia significa "condiciones mucho más peligrosas" para los operarios de maquinaria pesada que trabajan en zonas afectadas por los incendios, mientras los aludes de tierra complican los esfuerzos para abrir las carreteras cerradas.