Más de 1.000 personas han tenido que ser trasladadas con urgencia al hospital en Irak por problemas respiratorios en las últimas 24 horas. Una tormenta de arena inmensa está tiñendo los cielos de polvo dejando escenas apocalípticas y poniendo en riesgo a toda la población del país.
Los residentes de seis de las 18 provincias de Irak, incluidas Bagdad y la vasta región occidental de Al-Anbar han despertado este jueves entre una espesa nube de polvo, un fenómeno natural que está repitiendo más de lo habitual este año.
Las autoridades están alertando a la ciudadanía y pidiendo que se queden en sus casas. Los hospitales no dan abasto. Hay más de 700 pacientes con dificultades respiratorias en Al-Anbar, y al menos 300 casos en la provincia central de Salaheddin, mientras que en Diwaniya y la provincia de Najaf, al sur de Bagdad, se han registrado 100 enfermos en cada una, según la agencia oficial de noticias INA.
Irak es particularmente vulnerable al cambio climático, ya que en los últimos años ya ha sido testigo de bajas precipitaciones récord y altas temperaturas, factores que amenazan con provocar un desastre social y económico en el país marcado por la guerra.
El director de la oficina meteorológica de Irak, Amer al-Jabri, asegura en un comunicado que, si bien las tormentas de polvo no son infrecuentes en Irak, se están volviendo más frecuentes "debido a la sequía, la desertificación y la disminución de las precipitaciones".
En noviembre, el Banco Mundial advirtió que Irak podría sufrir una caída del 20 por ciento en los recursos hídricos para 2050 debido al cambio climático.
A principios de abril, un funcionario del gobierno advirtió que Irak podría enfrentar "272 días de polvo" al año en las próximas décadas.
El Ministerio de Medio Ambiente dijo que el fenómeno meteorológico podría abordarse "aumentando la cobertura vegetal y creando bosques que actúen como cortavientos", pero por ahora las medidas no llegan y los enfermos aumentan.