Tras el paso de Gloria, y en el ecuador del invierno, febrero va a hacer honor al refranero y se presenta como un mes loco, meteorológicamente hablando. La razón fundamental de este cambio es la circulación zonal, que va a imponerse en los primeros días de febrero. Cuando esto ocurre, tenemos un predominio de borrascas circulando al norte de la Península y un régimen de vientos procedentes del sur y suroeste, que van a disparar las temperaturas de forma generalizada. Este es el escenario más probable durante los primeros diez días de febrero, con un tiempo que será más primaveral y propio de marzo que de febrero.
Como ya marcaba el modelo europeo y también la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en su previsión de corto y medio plazo, esperamos valores muy altos. Por sectores, en el interior peninsular vamos a alcanzar máximas en torno o algo superiores a los 15ºC mientras que en puntos del Cantábrico y, sobre todo, en el Mediterráneo las máximas se van a disparar sobrepasando la barrera de los 20ºC.
Esta situación no es extraordinaria pero sí atípica y ocurre siempre que se impone la circulación zonal, que impulsa masas de aire cálido hacia la Península y vientos del suroeste en el Cantábrico y del oeste y poniente hasta el Mediterráneo. Estos vientos recorren todo el interior peninsular arrastrando todo el aire cálido hasta las costas donde se desploma en forma de altas temperaturas.
De ahí que no sería de extrañar que en la Comunidad Valenciana podamos rozar los 25ºC durante el fin de semana o primeros días de la semana que viene mientras que en el Cantábrico rocemos o toquemos los 20ºC. Además, con la circulación zonal toca tiempo seco en casi todo el país salvo Galicia y puntos del oeste y del Cantábrico. Las lluvias llegan tan solo a estos puntos en contraste con las altas temperaturas.
Nada de nieve en las zonas de montaña o si acaso en cotas muy altas, por encima de los 2.000 metros de altura. La circulación zonal es el peor pronóstico para las estaciones de esquí ya que pierden una buena parte de su capa de nieve. En este caso, la que ha dejado la borrasca Gloria.
Todos los escenarios están abiertos. Si hace unos días, en su previsión a medio plazo, la Aemet insistía en mantener la zonal con altas temperaturas y tiempo seco, ahora el modelo europeo se desmarca (ya lo hizo con Gloria y acertó) y apunta a una potente entrada ártica de cara a la segunda semana o quincena de febrero.
Tan a largo plazo es difícil de asegurar que finalmente la situación se torne a un invierno extremo, aunque también es propia de los meses de febrero. De mantenerse en las siguientes salidas, el Europeo indica que esta masa muy fría y húmeda afectaría a toda Europa occidental y central. Tocaría de lleno la Península aunque en este episodio el frío y las nevadas más notables se quedarían en el tercio norte y áreas de montaña.