El balance de destrozos que ha dejado la borrasca Gloria en las localidades próximas al Mediterráneo es catastrófico. Hay vecinos desalojados que han visto impotentes cómo el agua se colaba en sus casas por las olas enormes (en casos de más de 9 metros) y el desbordamiento de múltiples ríos. También la nieve ha dado lugar a algún que otro disgusto al dejar aislados pueblos de Teruel y Castellón y bloquear la circulación en más de cincuenta carreteras. Las imágenes son alarmantes.
En dos días se ha batido en el entorno de las Islas Baleares el récord de ola máxima dos veces. Primero, en Dragonera, la diminuta isla al noroeste de Mallorca, y después, en Mahón (Menorca), donde ha alcanzado la altura extraordinaria de 14,8 metros. Es aproximadamente lo que mide un edificio de cuatro pisos.
Un residente grabó el momento en que una ola pasaba por encima de un edificio en la costa mallorquina y la imagen (a continuación) se ha viralizado en Twitter. Los vecinos pensaron al ver caer agua en sus patios que se trataba de lluvia, incapaces de imaginar que se trataba en realidad del mar.
En Tossa de Mar (Girona) las olas golpearon con tal intensidad que generaron un mar de espuma por sus calles, que ha dejado a los vecinos desalojados y varias casas y negocios anegados.
Sin embargo lo más sonado han sido probablemente los más de 4.000 incidentes que se han producido en la Comunidad Valenciana. En parte, por las nevadas que se produjeron en Castellón y Valencia, que dejaron múltiples carreteras cerradas a la circulación hasta que las máquinas pudieron despejar las acumulaciones.
También ha nevado en Cataluña. Lo ha hecho sobre todo desde la tarde del martes, cuando la inestabilidad empezó a amainar en el sur para desplazarse a las regiones del nordeste peninsular.
Pero la palma en cuanto a cantidades de nieve se la ha llevado Teruel. Algunos pueblos han visto la carretera de acceso taponada. Muchos usuarios, como el del siguiente tuit que nos envía fotos desde allí, bromeaban: sí, Teruel existe, pero bajo la nieve.
Varios ríos, entre ellos el Júcar, el Ebro o el Tordera. El último se ha desbordado y ha estropeado un puente que comunica dos localidades de Girona. En cuanto a los arrozales y edificios en el Delta del Ebro, el balance nos dará cifras exactas de las pérdidas, pero la cosa pinta mal. El alcalde de Deltebre (en la comarca tarraconense del Bajo Ebro), Lluís Soler, ha descrito la situación como "emergencia total".
Con el temporal ya mejorando por allí a medida que se mueve al sur perdiendo algo de fuerza, el aumento de las temperaturas tiene a las autoridades vigilantes en los alrededores de varios ríos, que podrán desbordarse a medida que el deshielo arrastra el agua y multiplica sus caudales.