En El Campillo (Murcia) la mezcla de calor y sequedad del suelo produjeron el jueves lo que se conoce por remolinos de arena o tolvaneras. Parecen algo así como un huracán de polvo y los vemos muy pocas veces. En inglés son más conocidas como dust devil y se han llegado a observar en Marte. Te contamos cómo se forman.
No tienen nada que ver con las nubes, de hecho para formarse requieren de ambiente muy, muy seco. Son más propias del desierto, para hacernos una idea. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) lo define como “Remolino que se desarrolla en la capa inferior de la atmósfera, sin una conexión directa con una nube convectiva, y que se hace visible por el polvo, arena o residuos que levanta”.
A medida que el aire se cuela en una columna estrecha, se eleva a su vez por el aire más frío circundante. Rápidamente se va acelerando y llega alcanzar entre medio metro y diez metros de ancho, “y unos pocos metros de altura, hasta más de cien”, indica la Aemet. En cuanto a su duración, doce que “puede ir de unos pocos minutos a cerca de media hora”.
En principio no son peligrosos, principalmente porque son pequeños, pero se han dado casos de accidentes cuando otros elementos entraban en juego. Para los aviones pueden ser un riesgo, sobre todo en Estados Unidos, donde más los vemos, y en una ocasión arrasó un castillo hinchable en China que hirió a unos cuantos niños.
Como decimos es raro que se den. Requieren de tiempo muy seco y muy caluroso. Se suelen formar a partir del mediodía y recogen polvo y arena del suelo. El hecho de que se hayan observado repetidamente en Marte es un riesgo que tienen en cuenta las agencias espaciales, puesto que pueden dañar la tecnología enviada al planeta rojo. Se forman en su superficie alrededor de bolsas de aire a baja presión y envían polvo a la atmósfera marciana. Se calcula que podrían gestarse millones al día allí.