Entre los principales riesgos que pueden aparecer cuando vas a la playa, debes de tener en cuenta los siguientes:
Las corrientes de mar
Lo más común es que te encuentres con las corrientes, incluso en aguas tranquilas. De hecho, en estas playas es donde son más peligrosas por el efecto del factor sorpresa.
Para identificarlas no hace falta siquiera que eches un vistazo al mar. Basta con fijarse en la orilla y en el desplazamiento de masas de agua que no siguen el arrastre del oleaje sino que se desplazan por la arena y entran al mar dibujando una trayectoria diferente a la ida y venida de las olas.
De esta manera, es fácil de identificar y puede sortearlas al entrar o al intentar salir del agua después de darte un chapuzón. Los expertos siempre explican que las corrientes son como “ríos en el mar” y así se mueven en el agua. Tienen una dirección y una velocidad propias y si no eres un nadador experto lo más probable es que te arrastren.
Cuando el mar está picado y las condiciones, en general, son malas, te atrapan con más facilidad porque tienen más fuerza de arrastre. El mar está bravo. Seguramente que te ha pasado en alguna ocasión en la que has terminado saliendo del agua alejado del punto por el que entraste o donde dejaste tu toalla y tu sombrilla.
Es más, el agua puede estar aparentemente tranquila. Y en función de la costa, por ejemplo, la atlántica y la cantábrica están sometidas a múltiples corrientes, estas son más o menos peligrosas. Un mar abierto siempre incrementa el peligro potencial para el bañista.
El mejor consejo si en algún momento te arrastra una corriente es no perder los nervios, mantener la calma y hacer señales a los socorristas para que acudan a tu rescate. En el tiempo en que seas arrastrado por una corriente nada paralelo a la costa hasta el momento en que te veas a salvo de la corriente o déjate arrastrar por ella mientras acuden a tu rescate. La diferencia entre salir ileso o acabar en tragedia se encuentra, precisamente, en el autocontrol y mantener la calma. Nunca nades contra la corriente porque son fuerzas que gastas en vano.
La resaca
Es un tipo de corriente que arrastra mucha energía cuando el mar está alterado, por ejemplo, con bandera amarilla o roja. El Grupo de Investigación de Turismo, Ocio y Medio Marino de la Cátedra de la Mar de la Universidad Camilo José Cela (UCJC) señala que, verano tras verano, es una de las principales causa de ahogamiento y de rescate entre los miles de veraneantes que visitan las costas españolas.
Por tanto, presta atención porque es fácil identificarla y en todas las playas deberá estar señalizado o el personal de socorrismo te informará. Además, si en la playa ondea la bandera roja deberías evitar a toda costa el baño, incluso en la primera línea porque es aquí donde la resaca te sorprende.
Puedes identificarla porque aparece como una corriente bien dibujada entre las olas rompientes que salen del mar y llegan hasta la playa. En otras palabras, aparece como un cauce de agua de mar entre el oleaje. En condiciones adversas, tiene un tono más oscuro y más sucio en relación al color del agua que la rodea. Eso se debe a la cantidad de arena y piedrecillas que arrastre.
La resaca se produce cuando arrastra mucha energía hasta la playa y regresa al mar con tanta o más energía impidiendo que el bañista pueda salir. Si, además, el oleaje es intenso y una ola rompe detrás de otra sin parar, el mar te va tragando poco a poco, te empuja cada vez más lejos de la costa y te impide remontar la distancia.
Por eso, las advertencias de los socorristas son tan importantes en días de mar alterada. Al igual que en las corrientes, el secreto no está en nadar hasta la extenuación hacia la costa sino cambiar la dirección y el sentido: desplázate de forma paralela a la playa. Es probable que a los 15 o 20 metros nadados, aproximadamente la longitud de una piscina semiolímpica, hayas escapado a la resaca y puedas regresar a la costa.
Es difícil, pero nunca pierdas la calma en este tipo de situaciones y si no eres capaz de nadar en paralelo, simplemente haz patada en el agua y agita los brazos hasta que el socorrista vea tu señal de alarma y acudan a tu rescate.
Remolinos de agua
Más peligrosos que las corrientes de retorno o de resaca son los remolinos porque en ellos se encuentran dos corrientes contrarias y unen sus fuerzas.
No es habitual encontrártelo en un mar de aguas mansas y tranquilas, pero en situaciones de temporal o de tormenta no se puede descartar.
Escapar a un remolino es muy complicado porque entra en juego otro factor: el fondo del mar. Sus irregularidades determinan la fuerza con la que un remolino absorbe todo lo que se cruza por su camino.
En ocasiones, son muy violentos, sobre todo, como en el caso de las corrientes, cuando veraneamos en playas oceánicas, más expuestas a este tipo de fenómenos.
Además, el viento que suele soplar donde aparece este fenómeno impide cualquier maniobra para escapar de él, ya que incrementa la fuerza de succión del agua del mar.
El mejor consejo es evitar entrar en el mar en condiciones adversas y mantener la calma haciendo señales de socorro con los brazos hacia el lugar donde se encuentren los socorristas. Es complicado escapar de ella, casi imposible, si vas a nado. Si te desplazas en una embarcación aléjate lo antes posible porque puede terminar volcada. Por ejemplo, en el Mediterráneo, las más peligrosas son las que aparecen en puntos de la costa peninsular de Italia y en Cerdeña.
Las trombas marinas
Es un fenómeno habitual en las costas del Mediterráneo en España donde veranean millones de personas cada año. Además, puede hacer acto de presencia en cualquier momento en que se desate una tormenta porque el agua del mar que lo alimenta está cargado de energía: a temperatura muy elevada y con un alto grado de humedad.
Aunque es difícil que lleguen a tocar la playa, puede ocurrir en ocasiones esporádicas. En cualquier caso, en situaciones de tormenta en que el horizonte se dibuje muy negro en el mar, evita el baño porque puede surgir una tromba marina.
La velocidad puede ser la de un pequeño tornado y supone un peligro mortal para los bañistas y un riesgo importante para barcos y pequeñas embarcaciones. Su trayectoria es errática y puede desaparecer al poco tiempo de formarse o recorrer de punta a punta el mar frente a la costa.
Además, vienen acompañadas de aparato eléctrico que descarga en el mar o en la primera línea de playa. Es una situación de inestabilidad tan grande que lo mejor que puedes hacer es abandonar la arena lo antes posible y ponerte a resguardo. Por ejemplo, en situaciones de gota fría es frecuente. Durante la primavera y los últimos coletazos del verano o en el otoño puedes asistir a este asombroso y espectacular fenómeno.
Pero, tranquilo, lo más probable es que durante tus vacaciones no te encuentres con ninguna de estas situaciones. Sin embargo, nunca está de más conocerlas y saber cómo enfrentarte a ellas para que nada estropee tus días de descanso.