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Un ciclón con características tropicales nombrado ‘Apollo’ está cogiendo forma en el Mediterráneo frente a Sicilia. La isla italiana se está viendo afectada por las inundaciones en los últimos días, especialmente la región de Catania, y se mantiene en aviso rojo junto con la ‘punta’ de la bota del país. Los servicios de emergencias hablan de un “evento extremo”. ¿Qué es un medicane y cómo se forma?
“La lluvia y el viento sostenido en la zona de Syracusano son los primeros efectos del acercamiento del medicane hacia las costas de Sicilia”, informa el diario Italiano Corriere della Sera. Incluso se están talando árboles como medida preventiva.
A lo largo de esta semana, se han producido riadas de agua y lodo y se han caído carteles publicitarios y otros objetos en la isla. "La situación es bastante crítica en lo que respecta a las carreteras", ha informado el alcalde de Siracusa. Pueden darse hundimientos y lluvias muy intensas en las próximas horas.
Se prevé que los vientos alcancen rachas de 100 kilómetros por hora, y las nubes podrán descargar de 100 a 200 litros de agua por metro cuadrado en las provincias de Ragusa y Catania, además del fuerte oleaje esperado en las zonas costeras, que agravarían las posibles inundaciones.
El término 'medicane' nace de la fusión de "mediterranean" y "hurricane". Estas tormentas adquieren características tropicales, con un núcleo cálido profundo y bandas nubosas que se organizan en espiral alrededor de un "ojo" central libre de nubes.
Si bien no es extremadamente raro, los ciclones mediterráneos ocurren en promedio una vez al año o cada dos años, según la NASA. Se forman con mayor frecuencia en otoño, probablemente debido a la combinación correcta de temperaturas superficiales del mar relativamente cálidas y al aumento de la energía dinámica del chorro. Sus escalas típicas son de 100 a 300 km de diámetro, 25 a 50 metros por segundo de fuerza del viento y una vida útil de medio a dos días.
Estos sistemas se alimentan de fuertes flujos del mar Mediterráneo, que favorecen la convección profunda.
El nombre "Apollo" se decidió por un consorcio de países europeos que han puesto en marcha el programa de nombramiento de tormentas. Bautizar estos sistemas facilita la comunicación a la ciudadanía.