{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
El barro en los coches y la arena que cubre balcones, tejados y prácticamente todo a la vista dan una pista de cuán excepcional es la intrusión de polvo que se vive en España. Los ayuntamientos de Murcia, Almería, Madrid o Toledo están llamando a la prudencia de la población, y en muchas escuelas las clases de educación física serán hoy de puertas para adentro por la mala calidad del aire. ¿Por qué se producen las tormentas de polvo? ¿Qué relación tiene la calima con la borrasca Celia?
La calima es una nube de polvo proveniente del Sahara africano. Los fuertes vientos que se producen ocasionalmente en el desierto son arrastrados hacia la Península Ibérica y arrastran consigo grandes cantidades de partículas de arena que acaban suspendidas en el aire y causan reducción de la visibilidad y un empeoramiento de la calidad del aire, además de lluvias con barro, cuando se mezclan con las nubes.
Esta nube de polvo contiene partículas no acuosas, opacas, que tiñen el cielo de un color amarillento o naranja, y que pueden producir un aumento de las temperaturas, como ha ocurrido este martes. Las máximas han pasado de los 8 a los 22 grados en el oeste de Castilla y León, y de los 10 a casi 25 ºC en el norte de Extremadura.
Las tormentas de polvo son fenómenos meteorológicos que consisten en un conjunto de partículas de polvo o arena levantadas a gran altura por un viento fuerte y turbulento. Generalmente ocurren en el desierto, aunque a veces recorren grandes distancias y pueden llegar lejos de su lugar de origen, como está ocurriendo en España esta semana, invadida por la nube de arena originada en el Sahara.
La posición de la borrasca Celia al suroeste de la Península Ibérica, junto con el anticiclón sobre el Mediterráneo, está generando un intenso pasillo de vientos que canaliza aire cálido y cargado de polvo que sopla fuerte hacia España y, progresivamente, hacia Francia y Alemania, donde la calima llegará el jueves.
La humedad de la borrasca Celia ha causado además que el agua y el polvo se mezclen, dando como resultado una lluvia de barro que ha cubierto los coches y las calles de las ciudades del centro y el este de España. Estas lluvias persistirán en la jornada del martes y el miércoles, por lo que los vehículos volverán a ensuciarse.
La calima desaparece cuando se produce un cambio en las masas de aire. Según la previsión de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), la masa de aire proveniente del Sahara durará hasta el miércoles-jueves, cuando la borrasca Celia la irá desplazando hacia el este y la calidad del aire irá mejorando visiblemente. Seguirá lloviendo en el este de España, todavía con barro, y podrá hacerlo también en áreas del norte peninsular y del interior por la entrada de un frente atlántico y viento húmedo, así como en Canarias.
La calima no presenta un riesgo extremo para la salud, pero se recomienda que las personas que tengan problemas respiratorios hagan uso de la mascarilla y eviten realizar deporte al aire libre. La irritación de las mucosas, la tos, el picor en los ojos o la dificultad para respirar son algunos de los efectos más severos que puede acarrear el polvo en suspensión.