El segundo embalse más grande de Estados Unidos agoniza. Se encuentra en el oeste del país, donde el panorama es cada vez más sombrío a medida que se acerca el verano. Se prevén olas de calor y un alto riesgo de incendios, así como una megasequía que continuaría con la tendencia de los últimos años, lo cual hace temer por cortes de agua y apagones en varios estados en los próximos meses.
Según el monitor de sequía, más del 98 % del suroeste de EEUU sufre condiciones secas a comienzos de mayo de 2022, por lo que están empezando a elaborarse planes para restringir el uso de agua para junio en varios estados, entre los que se encuentran California y Arizona.
Los embalses deberían estar rebosantes de agua y nieve derretida en el comienzo de la primavera. En cambio, desde las Montañas Rocosas hasta la costa de California, la escena se otra muy diferente. Ríos y pantanos secos, lagos como el Mead y el Powell, entre los más importantes del país, sin apenas agua.
Y la falta de lluvias no afecta solo al consumo de agua, también al suministro de energía. La sequía del verano pasado obligó a cerrar durante cinco meses la represa hidroeléctrica en el lago Oroville, el segundo embalse más grande de California, lo cual podría suceder este año en el Mead si las precipitaciones no llegan.
El río Colorado que alimenta el lago Powell también está extremadamente seco. Alrededor de 5 millones de ciudadanos de siete estados dependen de la represa para obtener electricidad: Arizona, Colorado, Nebraska, Nevada, Nuevo México, Utah y Wyoming. El lecho vacío de ambos embalses ha dejado entrever incluso un barco naufragado expuesto y el cadáver de una persona.
Otro temor importante son los incendios. El paisaje cada vez más árido inclinan la balanza hacia la previsión de un verano trágico en lo que respecta al fuego, especialmente después de la temporada dramática del último año. Solo en California, ardieron más de un millón de hectáreas de bosque.
Las condiciones secas prepararon el paisaje de Nuevo México para el incendio más grande hasta ahora en 2022. Los incendios de Hermits Peak y Calf Canyon, que se fusionaron y ya han quemado cerca de 65.000 hectáreas. "Se pronostica que la mayor parte del suroeste tendrá un potencial de incendio significativo por encima de lo normal en mayo y junio", informó hace unos días el Centro Nacional Interagencial de Bomberos de Estados Unidos.
"Las sucesivas temporadas secas de invierno en 2019-2020 y 2020-2021, junto con un fallido monzón del sudoeste de verano de 2020, llevaron a que los totales de precipitación desde enero de 2020 fueran los más bajos registrados desde al menos 1895 en todo el suroeste”, publicaba un grupo de expertos en un artículo de la NOAA (Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica).
“Al mismo tiempo, las temperaturas en los seis estados considerados en el informe (Arizona, California, Colorado, Nevada, Nuevo México y Utah) fueron las terceras más altas registradas. Juntos, las precipitaciones excepcionalmente bajas y las temperaturas cálidas redujeron la capa de nieve y aumentaron la evaporación de la humedad del suelo, lo que provocó una sequía persistente y generalizada en la mayor parte del oeste de Estados Unidos”, concluye la publicación.
El episodio de La Niña en la franja ecuatorial del Pacífico oriental (con temperaturas inferiores a la media) estaría favoreciendo estas condiciones de sequía en el oeste de EEUU. Según las previsiones de la NOAA, La Niña continuará hasta la primavera 2022 con un 77 % de probabilidad.