Las sequías son un fenómeno climático recurrente en España. En los últimos 60 años, nuestro país ha vivido tres sequías de larga duración, con años especialmente trágicos en los que la lluvia brilló por su ausencia, como está siendo el actual. ¿Cuáles han sido las peores sequías registradas a lo largo de su historia?
De febrero de 1982 a noviembre de 1984, una sequía moderada afectó a gran parte del territorio español, afectando a todas las zonas características y grandes cuencas del país.
A mediados de febrero de aquel 1984, casi 190 poblaciones españolas se encontraban en alerta roja por la escasez de precipitaciones. Los habitantes de muchas de ellas tuvieron que ser abastecidas de agua con camiones cisterna, y el conjunto de los embalses españoles se encontraba entonces a tan solo el 47 por ciento de su capacidad, según publicó El País. A modo de comparación, en la actualidad la reserva hídrica nacional se encuentra ligeramente por debajo del 45 %.
La sequía de 1991 a 1997 duró casi seis años y tuvo provocó restricciones para el consumo en varias regiones de nuestro país. El Tajo se quedó prácticamente vacío. En la primavera de 1997, más de 20 observatorios españoles batieron marcas históricas de sequía, con apenas 2 litros por metro cuadrado de precipitaciones en algunas estaciones meteorológicas como la de Gijón.
En 2005, España entró en su segundo año de sequía consecutivo, con una situación preocupante en las cuencas de grandes ríos. Una nota informativa del Instituto Nacional de Meteorología (INM) publicada el 1 de abril de aquel año la calificó de la peor sequía en 60 años, con un año hidrometeorológico (de septiembre de 2004 a agosto de 2005) que se consagró como el más seco desde que comenzaron los registros, en 1947.
Los años hidrológicos se iniciaron con un claro déficit de precipitaciones, con que ni siquiera las lluvias superiores a la media histórica que se produjeron en 2007 consiguió revertir la situación en las cuencas de importantes ríos como el Segura, el Júcar, el Guadiana y el Guadalquivir.
La escasez de los años siguientes no ayudó, y la sequía se convirtió en una importante preocupación en las cuencas del Guadalquivir y del Segura. En el año hidrológico 2008-2009, las precipitaciones medias en España volvieron a ser inferiores a la media. La campaña de riego se desarrolló con dificultades generalizadas en varias cuencas. La situación también fue extremadamente preocupante en el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel.
La sequía de 2005-2009 fue una de las más largas de historia de España y afectó a todas las cuencas, siendo el 2005 el año con menor precipitación. La precipitación acumulada a lo largo del año fue de 451 mm, un 70% del valor normal que es de 640 mm (periodo de referencia 1981-2010).
Otros periodos de sequía que destacan en nuestro país son los siguientes:
Un potente anticiclón de bloqueo está detrás del periodo de larga sequía que se produce en España desde las pasadas navidades, aproximadamente. Enero fue un mes cálido y uno de los más secos de este siglo, con menos del 25 por ciento de la precipitación habitual en gran parte del país.
Como consecuencia, la reserva de agua ha ido cayendo en picado hasta situarse en el 44,6 % de su capacidad total, según los datos del Gobierno.
El campo extremo está tan seco que se plantean ya cortes al regadío, incluso podría haber cortes de agua para la población sino llueve en los próximos meses. Y las previsiones no invitan al optimismo. Según el pronóstico del centro europeo ECMWF, las precipitaciones estarán por debajo de los niveles habituales al menos hasta la primavera de 2022.