Quedan todavía semanas de confinamiento mientras la primavera se abre paso. Pese a que nuestras actividades se limitan al hogar, podemos aprovechar esos pequeños momentos de descanso del teletrabajo o de las tareas del hogar para hacer un pequeño huerto urbano. Se trata de una tarea entretenida, ecológica y lúdica que podemos compartir con quienes atravesamos este aislamiento, sobre todo si hay niños en casa. Por cierto, no te harán falta semillas, puedes aprovechar los restos vegetales de la comida, aunque puedes hacer un pedido online con aquellos materiales que te hagan falta, pero como verás a continuación podrás limitarlo a solo uno.
Si el aislamiento te lo permite y has dejado la casa como los chorros del oro, puede ser el momento idea para crear un pequeño huerto sostenible, una actividad que puedes llevar a cabo en solitario o en compañía, sobre todo con los más pequeños de la casa. No solo incentivarás el contacto con la naturaleza, también podrás descubrir junto a ellos la procedencia de todos esos alimentos vegetales que forman parte de la dieta mediterránea.
Una tarea enriquecedora que proporciona, además, muchos beneficios como potenciar la capacidad de observación, aporta divertimento y relajación, una mayor sensibilidad con respecto a la sostenibilidad y el enorme placer de disfrutar de alimentos que hemos cultivado nosotros mismos. Asimismo, según los expertos, los huertos pueden suponer un gran ahorro energético, necesitan de una inversión mínima y proporcionan cierto ahorro a la cesta de la compra.
Busca aquel lugar de tu terraza, balcón o azotea en la que incida durante más tiempo la luz natural, aunque habrá que adaptarse a las posibilidades que tenga tu casa. En cualquier caso, se debe tener en cuenta la orientación para saber bien qué tipo de cultivo tendrá más posibilidades de salir adelante. De tal manera que si tenemos la suerte de contar con muchas horas de rayos solares, podremos optar por tomates, los pimientos o las berenjenas. En caso contrario, podemos plantar lechugas, coles o cebollas. En ambos casos, habrá que calibrar el riego, pero de eso hablaremos más adelante.
Es muy probable que no tengas en casa grandes macetas o jardineras especificas para tu huerto, pero existen en tu hogar muchos recipientes que te pueden servir en esta primera fase hasta que las plantas crezcan más y tengas la oportunidad de acudir a un centro de jardinería o vivero. Los tetra-bricks, las latas de metal, tupperware, cajas de madera, los vasos de yogur, las bandejas de poliespan, las botellas de plástico del agua o los cartones de huevos e incluso la propia cáscara de huevo pueden ser tus semilleros sostenibles. Cualquiera de ellos servirá, tan solo debes hacer unos agujeros en su base para permitir la salida de agua.
El germen del cultivo lo tienes en casa, en la despensa o en la nevera. No tienes que gastarte ni un euro. Por ejemplo, las semillas de los pimientos o de los tomates, las pipas de la calabaza, las bases de las acelgas, las espinacas, la lechuga, el puerro, y también con ajos, cebollas o cebolletas y hierbas aromáticas en rama y frescas. Todos estos son parte de nuestra dieta y los tienes a mano porque el decreto del Estado de Alarma nos permite salir a hacer la compra de productos de primera necesidad.
Sustratos orgánicos compostados
Probablemente este elemento sea el único que necesites adquirir en los centros de jardinería que sirven compras online porque no es habitual tener tierra en casa, salvo que seas un amante empedernido de la floricultura. La mayoría de los minoristas tuvieron que cerrar hace cinco semanas, pero algunas grandes superficies especializadas tienen activados sus servicios venta a domicilio. Por otra parte, para el cultivo en recipientes, los expertos recomiendan los sustratos orgánicos porque son capaces de almacenar más humedad y nutrientes, sobre todo los compostados, que, además, actúan como abonos. El compost o vermicompost casero, realizado con los restos orgánicos que generamos a diario, es otra opción, pero necesitaremos tiempo y espacio para su elaboración.
Una vez que hemos plantado los esquejes y cubierto las semillas es primordial suministrar con la cadencia adecuada el riego a nuestro huerto. Hay que tener muy en cuenta el nivel de humedad del sustrato para no pasarnos ni quedarnos cortos. Como comentamos en el primer punto, deberemos regar en función de la insolación que reciban las hortalizas plantadas: a mayor número de horas de sol directa, nuestro huerto necesitará más agua, y menos al contrario. Cuando el huerto es pequeño es conveniente el riego manual y de manera sosegada para que la tierra de empape bien. Las prisas, en este caso, no son buenas, y las plantas y hortalizas necesitan de cierta calma y esmero en su cuidado como cualquier otro ser vivo.