La lucha contra el cambio climático, encabezada por Greta Thunberg, parece ganar cada día más adeptos. Sin embargo, no todo lo que reluce, oro es. Y es que según, la Estadística de Transporte de Viajeros, los españoles somos más de postureo climático que de otra cosa ya que, a la hora viajar, no siempre se optamos por la vía más ecológica.
En España, el número de pasajeros que optan por elegir el avión como medio de transporte ha aumentado considerablemente. Una gran incongruencia si se repara en que el transporte aéreo es, a día de hoy, una de las industrias más contaminantes que existen.
El avión es el medio de transporte que más CO2 emite por pasajero y kilómetro. Unas emisiones que contribuyen al efecto invernadero 2,5 veces más que las emisiones desde la superficie. Una proporción que aumentará en los próximos años debido al constante aumento del tráfico aéreo.
De hecho, acumula ya 67 meses consecutivos de crecimientos, en concreto desde mayo de 2014, según la Estadística de Transporte de Viajeros que este martes ha difundido el Instituto Nacional de Estadística (INE).
El número de pasajeros de vuelos domésticos aumentó un 4,1 % el pasado noviembre en comparación con el mismo mes de 2018, hasta 3,23 millones de personas, en tanto que los usuarios del AVE superaron los 1,82 millones, un 1,5 % más. Una práctica, más responsable con el medio ambiente, que crece pero en menor medida.
El "flygskam", o la vergüenza de subirse a un avión por sus elevadas emisiones de CO2, surgió en Suecia, donde se inició el movimiento ecologista de Greta Thuberg. La reticencia de Greta Thunberg a tomar aviones para trasladarse de un lado a otro del mundo popularizó una tendencia en el país contraria a volar que ha tomado fuerza en el país pero que en España parece no funcionar. Los españoles están cogiendo más aviones que nunca.
En noviembre, más de 447,5 millones de pasajeros utilizaron el transporte público para sus desplazamientos por el territorio español, un 2,5 % más que en el mismo mes de 2018, con lo que encadena siete meses al alza.
El transporte dentro de las ciudades aumentó un 2,1 % en ese mes, con repuntes en el uso del metro (3,3 %) y el autobús (1,3 %).