La nieve de los Pirineos es menos blanca de lo habitual este martes. La llegada del polvo africano está ensuciando no solo el ambiente con la calima que produce una importante reducción de la visibilidad y de la calidad del aire, sino también el escaso manto blanco que cubre las montañas de España. Las pistas de esquí lucen hoy anaranjadas.
La borrasca Celia ha provocado un cambio de tiempo drástico en España, con viento fuerte, mala mar y lluvias con tormenta, así como nevadas en prácticamente toda la Península. Hay al menos diez comunidades autónomas en alerta todavía este martes, a pesar de que las precipitaciones han ido a menos considerablemente con respecto al lunes. La mayoría lo están por las intensas rachas de viento que soplan cargadas de polvo en suspensión, y que están generando oleaje muy adverso en las zonas de costa.
La posición de la borrasca, junto con el anticiclón sobre al Mediterráneo, está generando un pasillo de vientos muy fuertes que canalizan el polvo sahariano hacia la Península Ibérica, originado en una tormenta de arena sobre el Sahara africano.
Esta nube de polvo llega ya incluso a Bilbao, Galicia, Asturias o los Pirineos, donde está tiñendo las estaciones de esquí en paisajes arenosos, con aspecto marciano. La nieve ha pasado de su habitual blanco impoluto a un tono anaranjado, con la reducción consecuente de lo que se conoce como el albedo (el porcentaje de la radiación solar reflejada por la superficie del manto blanco).
Al absorber con mayor eficiencia la energía solar, el polvo sobre la arena provoca un calentamiento que favorece la fusión de la nieve, por lo que su efecto es negativo en las regiones de montaña como los Pirineos.
Así estaban hoy varios puntos de la cordillera, que algunos usuarios y establecimientos han compartido en imágenes a través de Twitter.
Y no solo en Pirineos. Así están hoy Sierra Nevada o la sierra de Madrid.
Incluso, como vemos en la siguiente publicación, la calima llega a las montañas suizas, donde la nieve también se está pintando de tonos amarillentos y anaranjados por el polvo africano.
La calima desaparece cuando se produce un cambio en las masas de aire. Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), la masa de aire proveniente del Sahara durará hasta la tarde del miércoles, cuando se empezará a desplazar hacia el este y será sustituida por un frente húmedo que provocará precipitaciones en la Península y Baleares, que todavía podrán ser con barro.