Lyubov es conocida en Siberia. A sus 79 años, esta abuela rusa se desliza sobre los mismos patines que le fabricó su padre durante la Segunda Guerra Mundial. Atravesar el lago Baikal congelado sobre sus cuchillas es la única manera que tiene de llegar hasta su granja, a ocho kilómetros de donde vive, para alimentar a sus vacas a diario. Dice estar contenta así.
"Empecé a patinar cuando tenía siete años", le dijo hace unos años a un medio local. Se llama Lyubov Morekhodova y, curiosamente, su apellido significa ‘El que camina sobre el mar’. Es atrevida, salta a la vista, aunque después de una vida entera patinando sobre el lago más profundo del mundo lo de caer por una fractura en el hielo ha dejado de preocuparle.
En más de una ocasión, Lyubov ha sido invitada a platós de televisión en Rusia para hablar de su curiosa vida apartada de la civilización, pero siempre acaban acercándose los periodistas hasta su refugio. No le importa posar para las cámaras, pero prefiere que sea en su territorio. Es famosa desde que un amigo grabó un video corto de su rutina en el Baikal y lo publicó en Internet.
Sus patines caseros consisten en unas cuchillas cortadas con una sierra de metal metidas en trozos de madera, que Lyubov ha atado a unas botas de fieltro. Dice estar más cómoda con ellos que con unos convencionales.
El lago Baikal se congela una media de seis meses cada año. En las últimas semanas, las temperaturas han caído a valores entre los -40 y los -50ºC. Realmente, la única vía de cruzarlo es patinando, puesto que no existe ningún tipo de transporte en los alrededores, donde vive Lyubov.