El lago Baikal que se encuentra en Siberia, es una de las regiones más frías el planeta. En invierno las temperaturas pueden llegar a los 30ºC bajo cero y, como es de esperar, congelan todo a su paso. Este año, a pesar de las constantes anomalías cálidas que han retrasado la estación en buena parte de Rusia, el frío ha conseguido, como suele hace, convertir este lago, que además es el más profundo de la Tierra, en una pista de hielo.
Es probablemente la primera vez que un avión aterriza en este lago durante el invierno, entre las grietas que se forman en el hielo. Una hazaña temeraria pero inolvidable para el piloto y el fotógrafo que volaban a bordo del Cessna 172.
Poco les importaron los avisos por el hielo que habían emitido las autoridades. Podía salir bien o podía salir mal. Por suerte, vivieron para contarlo (y compartir unas cuantas fotos presumiendo).
Visto desde arriba, parece un dibujo. La profundidad del lago le da una apariencia oscura pagada de rayas que bien podrían haberse abierto al roce de la avioneta. De hecho, en vista de la siguiente imagen el hielo no parece demasiado complicado de extraer de la superficie.
Hace alrededor de un mes, otro aventureros se lanzaron también al lago Baikal. En su caso, cayeron al agua y nadaron unos 300 m para llegar a la orilla, más otros 6 kilómetros a pie hasta que consiguieron pedir ayuda.