1- Parece obvio, pero que haga frío
Todos sabemos que las bajas temperaturas son fundamentales para que se congele el agua. Más aún si queremos que se congele una amplia superficie. Para ello, el experto señala "que haya nieve o hielo en la playa no es un indicativo suficiente de temperaturas bajas capaces de congelar el agua del mar".
2- Que haya una salinidad tirando a baja
El agua del mar contiene una salinidad que hace que, de media, el punto de congelación se reduzca a -2ºC (a diferencia que el agua dulce, cuyo punto de congelación es de 0ºC). Por eso, aunque es importante que las costas tengan menos sal para que se produzca más fácilmente la congelación de las olas, es seguro que sea a partir de -2ºC cuando eso pueda producirse.
3- No tiene que haber corrientes
Con las bajas temperaturas no es suficiente. Además, el experto añade que otro elemento clave es la falta de corrientes oceánicas, que produzcan temperaturas más bajas por el inmovilismo de las aguas.
4- No pueden ser aguas profundas sino todo lo contrario
Definitivamernte, será mucho más fácil ver las olas congeladas cuando están cerca de la orilla, en lugares donde no cubra apenas. "El que las aguas sean someras en vez de profundas" facilita la congalción, tal y como apunta el investigador.