La calima ha dejado más de un coche lleno de barro este fin de semana con las “lluvias de sangre” que se han producido. Estas precipitaciones no solo se repetirán en las próximas horas en las mismas zonas, sino que se van a intensificar y a extender por gran parte de España a medida que la humedad atmosférica se adentra sobre nuestro territorio. ¿Dónde se prevén este lunes de carnaval?
Una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) anclada al oeste de la Península está canalizando un flujo de vientos del sur que llegan desde África. Se trata de vientos secos, cálidos y cargados de polvo, por lo que sus consecuencias en España son las que hemos visto este fin de semana: temperaturas muy altas, de más de 23 ºC en zonas del norte como Huesca o A Coruña, y calima presente en cada vez más comunidades autónomas.
Las temperaturas van a tocar techo este lunes. Se superarán los 18 ºC en prácticamente toda España, y hará entre 20 y 24 ºC de nuevo en muchas zonas del norte, centro y el sur, sin llegar tanto calor al área mediterránea. En Baleares se rondarán los 19 ºC de máxima, y hará hasta 23 ºC en Canarias.
El martes bajarán ligeramente, pero seguirá haciendo más calor del habitual para estas fechas en provincias del sur, y las temperaturas subirán por el contrario en el Mediterráneo.
La calima se va a extender por todo nuestro territorio a lo largo del lunes, hasta el miércoles 22, cuando se irá retirando por la llegada de una nueva DANA procedente del norte, que nos traerá ambiente mucho más frío.
Las lluvias afectarán este lunes únicamente de manera débil y dispersa a áreas del oeste de la Península, pero el martes se prevén “lluvias de barro” o “de sangre” en gran parte de España, que en general no serán muy intensas.
Afectarán a gran parte del norte, el oeste y el centro peninsular, y serán más fuertes en Galicia y el Cantábrico, sin descartar que vayan con tormenta en las regiones próximas a Pirineos.
El miércoles se empezará a retirar el polvo pero aún podrá caer barro en gran parte de la mitad norte peninsular.
Los fuertes vientos que se producen en los desiertos del norte de África levantan muchas partículas de polvo que viajan a gran altitud en la atmósfera hasta desembocar a kilómetros de distancia. España, por su cercanía al continente, conoce bien este fenómeno, que causa calima, lo cual se traduce en mala calidad del aire y disminución de la visibilidad.
El tamaño de estas partículas de polvo, muchas veces inferiores a 10 micras (PM10) e incluso a 2,5 micras (PM2,5) es un peligro para la salud. Cuando la calima permanece varios días en el aire, puede traer problemas especialmente a las personas con enfermedades respiratorias y cardiovasculares, así como niños y mayores.
Respirar estas partículas de polvo se asocia a trastornos respiratorios como asma, traqueítis, neumonía, rinitis alérgica y silicosis. Las partículas más pequeñas pueden incluso ingresar al torrente sanguíneo, por lo que se cree que puede causar complicaciones a personas con problemas del corazón.
Asimismo, el polvo provoca un aumento de los casos de conjuntivitis porque puede ingresar en los ojos, y favorece las infecciones bacterianas porque reseca la nariz y la garganta.