Un calentamiento súbito estratosférico podría estar en curso. Cuando este fenómeno ocurre, su consecuencia más notable son las olas de frío que desencadena en latitudes tan bajas como la nuestra, algo como lo que vivimos en 2018 con la Bestia del Este o en 2021 con Filomena. ¿Se romperá este año el vórtice polar?
Cabe aclarar que el episodio de frío intenso que hemos vivido estas últimas semanas en España no tiene nada que ver con el vórtice polar estratosférico.
Un calentamiento súbito estratosférico es un aumento rápido y repentino en la temperatura (de 25 °C o incluso más en cosa de una semana) en la estratosfera, la capa de la atmósfera que se extiende aproximadamente desde unos 10 km de altitud hasta unos 50 km.
Cuando esto ocurre, el vórtice polar estratosférico se debilita, pudiendo llegar incluso a romperse, y causa importantes irrupciones de aire frío sobre latitudes medias, ya sea en Europa, Asia o en Norteamérica. El vórtice polar consiste en cinturón de vientos que giran en sentido antihorario en torno al Polo Norte, y que almacena una gran masa de aire frío en su interior.
Si ese cinturón se debilita o se rompe, el aire del Ártico se escapa hacia el sur y puede llegar, como decimos, a latitudes muy bajas. Tan bajas como la Península Ibérica.
Hasta el momento, este invierno venimos observando una desaceleración de los vientos zonales en la estratosfera, un claro síntoma de que se estaría desarrollando un calentamiento súbito estratosférico.
"Finalmente, el vórtice polar estratosférico se perturbará y habrá algo de calentamiento estratosférico", ha informado Juan Jesús González Alemán, físico de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). "Pero solo se quedará en eso, una ligera perturbación".
Algo que también observan desde la agencia meteorológica británica, Met Office: “Se está produciendo un calentamiento estratosférico repentino, pero solo menor”, apuntan los expertos en un comunicado.
"Los fuertes vientos del oeste sobre el Ártico, el vórtice polar, se han debilitado y se está derrumbando parcialmente. Sin embargo, el vórtice polar ha sido inusualmente fuerte en lo que va del año y, aunque ha habido un calentamiento estratosférico menor, se espera que los vientos se recuperen rápidamente, recuperando las velocidades normales para la época del año", por tanto no se prevé que se rompa el vórtice polar a corto plazo.
"Puede tomar una semana o más para que cualquier impacto de un SSW (siglas en inglés de 'calentamiento súbito estratosférico') se abra camino a través de la atmósfera y tenga alguna influencia en el clima", dicen desde Met Office. "Los pronósticos en la actualidad muestran que solo se esperan impactos menores".
La Aemet no ha catalogado el episodio polar que hemos vivido en España como ola de frío porque no se cumplían los requisitos de extensión, duración e intensidad.
Si las previsiones se cumplen, esta semana veremos un ascenso de las temperaturas que continuará las próximas semanas, y la segunda quincena de febrero sería más cálida que el promedio en nuestro país. Por tanto, parece poco probable que vayamos a ver una ola de frío a menos que cambie el pronóstico.