Las heladas empiezan a ganar protagonismo en España. Este miércoles hemos amanecido ya con los parabrisas congelados, y es evidente que los termómetros han restado algunos grados más, continuando una tendencia descendente que va a continuar el resto de la semana. ¿Hay una ola de frío? Analizamos qué es este fenómeno y cuándo se produce.
Para hablar de ola de frío, al igual que para hablar de ola de calor, debe producirse un episodio con temperaturas extraordinario, en lo que respecta a su intensidad, duración y extensión. Es decir, que traiga temperaturas que son una rareza en nuestro país, que se produzca durante unos cuantos días, y que lo haga en una gran parte de España. A continuación, concretamos los detalles.
“Hablamos de ola de frío cuando durante al menos 3 días consecutivos, en el 10 % del territorio, las temperaturas son muy bajas, encontrándose entre el 5 % de las temperaturas más bajas registradas en los meses de enero y febrero del periodo de referencia 1971-2000”, concreta Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
“Normalmente, las olas de frío se producen debido a la invasión de una masa de aire frío”, explica.
“Si bien es cierto que en los próximos días vamos a notar una bajada de los termómetros en España, actualmente no estamos en una situación de ola de frío ni mucho menos. Las temperaturas son relativamente habituales para la época del año”, apunta el meteorólogo.
No obstante, sí hará algo más de frío del normal para estas fechas en puntos del norte y el centro de la Península, especialmente por la noche, pero no lo suficiente para hablar de ola de frío. Llegaremos a los -5 ºC este fin de semana en gran parte de la meseta norte y en entornos montañosos, y por el día no se pasará de los 10-12 ºC de máxima.
Se está hablando mucho de la posibilidad de que se rompa el vórtice polar estratosférico en las próximas semanas, lo cual podría liberar aire muy frío del Ártico hacia partes de América del Norte y de Europa.
El vórtice polar es una corriente de vientos muy intensa que circula en la estratosfera rodeando el Polo Norte en invierno, a unas altitudes de entre unos 15 y 35 kilómetros.
Cuando esta corriente es muy intensa, impide que el aire frío confinado en el Ártico descienda a latitudes más bajas.
Pero, cuando se produce un calentamiento súbito estratosférico, “que es una subida de la temperatura muy potente en la estratosfera en poco tiempo”, explica Del Campo, el vórtice polar se debilita, se ondula y puede romperse. Esto hace que se escape aire polar hacia el sur.
“Actualmente, las piezas del puzle meteorológico encajan con una ruptura del vórtice polar estratosférico en las próximas semanas, pero no es seguro que esa ruptura se vaya a producir, simplemente hay una probabilidad mayor que en otras ocasiones”, dice el portavoz de la Aemet.
“En caso de que se produzca, ahora mismo es imposible saber dónde va a tener lugar el desalojo de aire frío”, señala, por tanto no sabemos si podría haber en España una ola de frío este invierno.
Lo que sí parece cada vez más seguro es que las primeras dos semanas de diciembre (es decir, la primera quincena del mes) serán más lluviosas de lo habitual y con temperaturas más altas que el promedio para estas fechas. Esto se debe al acercamiento de borrascas atlánticas por el oeste de la Península que impulsarán vientos del suroeste (cálidos y húmedos) hacia nuestro país, los conocidos como “vientos ábregos”.
Por tanto, de producirse una ola de frío, lo más probable es que lo haga en la segunda quincena de diciembre o ya de cara al mes de enero.