El huracán Fiona ha causado al menos dos muertos en Canadá este fin de semana, donde varias casas y edificios fueron arrastrados al mar por las riadas. Paralelamente, en la otra punta del mundo, el tifón Noru ha arrasado Filipinas con vientos de más de 185 kilómetros por hora y graves inundaciones.
En las provincias atlánticas de Nueva Escocia, la Isla del Príncipe Eduardo, Terranova y Nuevo Brunswick, así como en partes de Quebec, se han emitido alertas por tormenta tropical ante la llegada de Fiona, que la semana pasada se convirtió en un gran huracán con categoría 4.
El ciclón tropical ha tenido un largo recorrido. Sus peores consecuencias se viven todavía en Puerto Rico y República Dominicana, donde las inundaciones y apagones tuvieron como resultado varias muertes y la pérdida de miles de hogares. Después, Fiona pasó por Bermudas con vientos superiores a 200 km/hora, aunque sobrevivió en bastante buena forma a la tormenta.
En Canadá, el impacto de la tormenta ha destrozado decenas de viviendas y provocado cortes de electricidad, dejando a cientos de personas desplazadas y las calles llenas de escombros de todo lo que Fiona se ha llevado.
El paso de Noru ha puesto en alerta a las islas Filipinas tras convertirse en un supertifón este fin de semana.
La tormenta, conocida como ‘Karding’ en Filipinas, ha provocado intensas lluvias y fuertes vientos sostenidos de 195 kilómetros por hora y rachas de hasta 240 kilómetros por hora en Manila y alrededores tras tocar tierra el domingo cerca del municipio de Burdeos, en la provincia de Quezon.
Más de 74.000 personas han sido evacuadas por las graves inundaciones, y al menos cinco miembros de los equipos de rescate han fallecido tras ser arrastrados por el agua cuando trataban de evacuar a los vecinos de un barrio de San Miguel de Bulacán.