La sequía ha puesto en guardia a los agricultores en España este verano. La mayor parte del consumo de agua en nuestro país está destinado a la producción agrícola y la ganadería, por lo que la falta de lluvias prolongada está afectando duramente a estos sectores, que ya están sufriendo pérdidas y restricciones.
Las intensas y largas olas de calor del verano y la escasez de precipitaciones han dejado los embalses de España por debajo del 38 por ciento de su capacidad total. Está habiendo problemas de abastecimiento en varias comunidades autónomas, que ya aplican cortes y restricciones al uso de agua: Andalucía, País Vasco, Aragón, Navarra, Cataluña y Galicia.
El presidente de la organización agraria Asaja, Pedro Barato, explica a Efe que las previsiones de cosecha son "bastante preocupantes", con un descenso en la producción de cereales, una campaña muy corta en aceituna de mesa y aceite, y calibres menores de fruta dulce, sobre todo de melocotón y nectarina.
"Hemos adelantado la vendimia en el Marco de Jerez, Montilla, Penedès y Canarias casi un mes y la consecuencia es tener entre un 25 y un 30 % menos de uva; mientras que en La Mancha y La Rioja muchos racimos se están secando por falta de agua", apunta Barato.
Las restricciones han llevado a una reducción en decenas de miles de hectáreas del cultivo de arroz, maíz y tomate este año, a lo que se suma el sacrificio de un mayor número de animales en la ganadería, tanto de ovino como de vacuno, y el uso de cisternas para llevar el agua a muchos pueblos, según el representante de Asaja.
"Los agricultores se están adaptando muy mal y con resignación. Se está produciendo un abandono muy grande de la actividad, todavía mayor en la ganadería", asegura Barato, que lamenta los incrementos "desorbitados" de los costes de producción y pide que se aplique la ley de la cadena alimentaria.
La situación es especialmente alarmante en cuencas como la del río Guadalquivir, cuya margen derecha se prevé que entre en sequía prolongada en octubre y donde no hay excepciones para ningún cultivo en el desembalse de 600 hectómetros cúbicos, acordado el pasado mayo.
En la cuenca del Guadiana este año se han producido recortes del 40 % en el uso agrícola y en la del Duero hay complicaciones en el riego de la mayoría de los sistemas agrarios de Castilla y León, según las respectivas confederaciones hidrográficas.
En los regadíos de esas cuencas, el director técnico de COAG, José Luis Miguel, subraya que "no se pueden plantar y regar los cultivos habituales, sino que hay que retirar tareas de riego o bien cambiar los cultivos por otros que necesitan menos agua", lo que está impactando en las producciones de verano.
En secano, donde el agua es el factor limitante, Miguel afirma que actualmente se están viendo afectados en muchas zonas cultivos leñosos como el viñedo y el olivar, que incluso entran en paradas vegetativas y sufren problemas de cuajado de fruto.