Una buena relación entre la escuela y las familias de los alumnos es algo fundamental en el proceso educativo y personal de los niños y adolescentes. Una de las principales vías de comunicación entre ambos, son las tutorías. Se trata de un encuentro programado entre el profesorado o tutor y los padres o madres con el objetivo de compartir información sobre el progreso académico y personal del alumno.

No obstante, muchas familias se preguntan si estas reuniones son obligatorias o si, por el contrario, su asistencia es opcional. Para poder responder a esta pregunta, es necesario analizar la normativa vigente en España, cuáles son las funciones de tutor y los derechos y deberes de los padres y madres.

La legislación educativa española establece una serie de derechos y deberes tanto para el profesorado como para las familias en relación con la educación de los menores. De acuerdo a esta normativa actual, los centros docentes tienen la obligación de informar cada cierto tiempo a las familias sobre el rendimiento académico de los estudiantes y así, fomentar su participación en la vida escolar.

El Real Decreto 732/1995, el cual regula los derechos y deberes de los alumnos y normas de convivencia en los centros educativos, establece que los centros escolares deben garantizar la comunicación con las familias, haciendo que se promueva su implicación en el seguimiento educativo de sus hijos. De la misma manera, la Ley Orgánica de Educación (LOE) de 2006, modificada por la LOMLOE de 2020 refuerza este principio y subraya la importancia de la cooperación entre las familias y los docentes.

El profesorado tutor tiene un papel fundamental en el seguimiento académico y personal de los alumnos, ya que cuenta con diversas responsabilidades sobre los menores. Estos profesores tutores son los responsables de comunicar a las familias el progreso del estudiante, éste ha de mantener a los padres y madres informados sobre el rendimiento académico, el comportamiento y cualquier situación que pueda afectar el aprendizaje de sus hijos. También, debe incentivar la implicación de los padres en la educación de sus hijos. Por otro lado, en caso de que el estudiante tenga algún tipo de dificultad académica, el tutor es quien debe proporcionar orientación y sugerencias para ayudar al estudiante a mejorar su rendimiento. Además, es el encargado de mediar en situaciones de conflictos o problemas de convivencia entre los alumnos, las familias y el equipo docente.

Aunque estas son muy importantes, la normativa española no establece esta obligatoriedad de que los padres y madres tengan que asistir a estas reuniones. Aunque los centros educativos sí que tienen la obligación de convocar a las familias e informarles sobre el desarrollo académico y personal de sus hijos, no hay ninguna ley que sancione a los padres y madres que decidan no acudir a las tutorías.

Esta falta de asistencia en estas reuniones puede implicar una falta de información relevante para la formación y bienestar del alumno, lo que puede afectar en su rendimiento académico y social en el centro educativo.

No obstante, aunque no sean obligatorias estas tutorías, los padres y madres, tienen el derecho de recibir información sobre el rendimiento académico de sus hijos, pero también tienen unos deberes que incluyen, la participación activa y colaboración con el centro educativo es esencial para poder detectar a tiempo cualquier problema con el menor, aunque no sea obligatorio asistir a las tutorías, los progenitores deberían asegurarse de que sus hijos reciben una educación adecuada, y por supuesto, responder a las solicitudes de información que requiera el centro, ya que, si el tutor detecta problemas de aprendizaje o conducta, es muy recomendable que los padres pueden atender a esta reunión en el centro.

Las tutorías representan una oportunidad invaluable para que las familias y el profesorado compartan información sobre el estudiante, identifiquen posibles dificultades y establezcan estrategias juntos para que el desarrollo personal y académico del menor mejore.

Gracias a estas tutorías se puede tener un mejor seguimiento del alumno, ya que los padres pueden conocer de primera mano cómo está yendo la evolución de sus hijos. Asimismo, se permite identificar problemas de aprendizaje, emocionales o sociales de manera temprana, y esta asistencia es un refuerzo positivo, ya que la implicación de los padres motiva al estudiante a esforzarse y mejorar su desempeño académico.

Para que las tutorías puedan ser lo más efectivas posible, es muy aconsejable que tanto los padres como los docentes sigan unas pautas: preparar la reunión con antelación para anotar las dudas o temas a tratar y que no quede nada en el tintero, mantener una actitud abierta y colaborativa por ambas partes es esencial. Hay que recordar que el objetivo de esta tutoría es trabajar juntos, mano a mano, por el bienestar del estudiante. Por otro lado, es recomendable tomar nota de las recomendaciones que los profesores hagan, ya que seguir las sugerencias de los docentes puede marcar una gran diferencia en el rendimiento escolar del estudiante.