Hoy en día vivimos en una sociedad en la que la tecnología es pan de cada día y cada vez más necesaria. Un estudio del INE aseguraba a finales del año pasado que por primera vez en España la proporción de niños de entre los 10 a los 15 años que tienen móvil ha superado a los 7 de cada 10, con subidas en los últimos 10 años en la mayor parte de las comunidades autónomas, especialmente desde que llegó la pandemia. Según se puede ver en los datos que ha publicado la institución, el 70,6% de los chicos españoles de 10 a 15 años tienen su propio teléfono.
Que los más pequeños de la casa usen móvil es algo por lo que tarde o temprano todos los padres tienen que pasar. Un momento más que temido por muchas familias y que además genera otra duda, ¿cuándo tengo que comprarle un móvil a mi hijo? Es importante no dejarse llevar por el entorno, la presión social o utilizarlo como moneda de cambio para que saque buenas notas.
Es más que evidente, que la edad media en la que los niños tienen su primer teléfono móvil es cada vez menor. En torno a los nueve y diez años, los más pequeños de la casa suelen pedirlo, aunque suele ser entre los nueve y los trece años, cuando la insistencia es más mayor, en plena preadolescencia. Los expertos aseguran que realmente en esa edad, todavía no necesitan este tipo de dispositivo, ni por edad ni por necesidades personales. Por lo que es fundamental no ceder a ese “todos mis compañeros lo tienen”, tan típico.
Del mismo modo no todos los teléfonos móviles son iguales, ni todos los perfiles de niños tienen las mismas necesidades o quieren el teléfono para lo mismo, los expertos recomiendan que sea a partir de los 16 años, no obstante, recomienda también tener en cuenta ciertos detalles.
Aunque la edad recomendada es a partir de los 16 años, la madurez no tiene por qué estar alineada con la edad. Es muy importante saber el uso que le va a dar, su personalidad y su comportamiento como adolescente, ya que un smartphone puede cambiar su manera de sociabilizar. Es más que necesario dejar claro que tener un teléfono móvil conlleva ciertas implicaciones, pues no es solo un medio de contacto con amigos y familiares, sino que también puede ser un foco de peligros si no se hace un uso correcto del mismo.
Como decíamos anteriormente no hay que sucumbir a la presión social. Llegado el momento hay que pararse a pensar si se trata de una necesidad real o si por el contrario se puede esperar un poco más. Algunos padres no saben cuándo es el momento adecuado y acaban dándole el dispositivo a edades muy tempranas, exponiéndoles desde edades muy tempranas a los peligros que puede llegar a suponer un teléfono, no solo socialmente, sino también a su desarrollo mental.
Al igual que se les enseña en el colegio, todo lo relacionado con la ciencia, matemáticas, lengua e historia, es necesario, que también reciban una educación digital desde casa. Es necesario que sepan qué aplicaciones pueden o no pueden usar, así como qué páginas web no deben visitar, es un paso esencial antes de comprar un móvil a un niño.
Lo mejor es establecer unas normas, tanto de tiempo de uso, como de restricciones de contenido, para garantizar tanto su seguridad como para evitar que se desarrolle una dependencia de este. Asegúrate de que tus hijos usan su teléfono de manera correcta es fundamental para garantizar su correcto desarrollo, así como su seguridad.
Una de las cuestiones que debe quedar clara desde el primer momento es que el niño tiene móvil, pero no es privado. Monitorear la actividad telefónica de tu hijo es un aspecto esencial de la crianza responsable.
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