¿La nota media que sacan los alumnos de un colegio o instituto en Selectividad es buen medidor del nivel académico de un centro? Con esta pregunta comienza este artículo en el que vamos a intentar dar respuesta. Parece obvio que sí: la nota de la Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU) es un buen indicador de la calidad educativa del centro; pero hay matices.
“La principal matización que tiene es que, en alguna medida, los resultados de un centro educativo dependen del nivel socioeconómico de sus estudiantes. Y esta información no siempre es visible”, asegura Ismael Sanz, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos. “Aunque hay excepciones, los centros de zonas desfavorecidas no tienen los mismos resultados que los de zonas de un nivel económico más elevado. Lo que hay que observar es el valor añadido. Es decir, la diferencia entre el resultado que alcanzan los alumnos de un centro educativo y el que deberían de alcanzar según el nivel socioeconómico de su alumnado”, añade.
Y en este sentido, hay de todo. Centros que obtienen mejores resultados de lo que cabría esperar por el nivel socioeconómico de los estudiantes, lo que significa que están haciendo un buen trabajo. Y otros, cuyo resultado está por debajo de lo que les correspondería, es decir, podrían hacerlo mejor.
“En todo caso, a un padre o a una madre le puede interesar que su hijo vaya a un centro educativo con buenos resultados en Selectividad, aunque sea consecuencia no del nivel académico del centro educativo, sino del nivel socioeconómico de los estudiantes que asisten a él. Eso puede ser positivo para su hijo porque al final hay un ‘efecto compañero’ que hace que cuanto más elevados sean los resultados académicos y el nivel socioeconómico de los compañeros de clase, mejor resultados obtenga el propio estudiante”, asegura Sanz. “Si un alumno está en una clase con buen nivel académico, generalmente, eso le tira hacia arriba a él también. En algún caso puede perjudicarle, pero si la distancia no es muy elevada, lo normal es que influya positivamente, siempre que el alumno tenga un nivel medio”, añade.
Para Jorge Sainz, catedrático de Economía Aplicada en la Universidad Rey Juan Carlos, la nota de Selectividad de un centro es una condición suficiente pero no necesaria. “Es importante mirar no solo la última nota media de la EBAU sino la de los últimos años. Y tener en cuenta el nivel de exigencia a los que se somete a los alumnos en un centro porque hay chicos que funcionan muy bien bajo presión, pero otros que no. Depende de cada alumno”.
Desde hace años circula la idea de que algunos centros educativos no presentan a todos sus alumnos a Selectividad para no bajar la media de los resultados de esta prueba. Es decir, hacen una limpieza previa. “Nadie te lo dirá, pero hay institutos que tienen un proceso de selección adverso donde escogen a los mejores estudiantes. Si te fijas, muchos centros solo proporcionan información del porcentaje de aprobados en la EBAU sobre el presentado, cuando lo relevante es el porcentaje de aprobados sobre el número total de estudiantes”, asegura Sainz.
No cree, sin embargo, que sea así su colega en la Universidad, Ismael Sanz, si se tiene en cuenta el creciente número de alumnos que se presenta a las pruebas de acceso a la Universidad en los últimos años. “No parece que esa práctica se esté llevando a cabo, porque está habiendo un número cada vez más elevado de estudiantes que se presentan a la EBAU, así como de aquellos que aprueban Bachillerato. En ocasiones, el nivel de exigencia de los centros educativos es, al menos, igual o superior al nivel de exigencia de la EBAU”, apunta Sanz.
Existen otros indicadores que pueden dejar ver que se trata de un buen centro, académicamente hablando, según los expertos. Entre ellos, si tiene alumnos entre las mejores notas de la EBAU; si se han presentado a olimpiadas de matemáticas, de física, química o biología y han obtenido buenos resultados; si el centro lleva a cabo proyectos de investigación; si cuenta con un bachillerato de excelencia o bachillerato internacional, o si realiza actividades que refuerzan la parte académica de los alumnos.
Un buen ejemplo es el IES Las Musas, en el distrito madrileño de San Blas-Canillejas, con una renta media anual de 35.546 euros (la media está en 42.200), cuya nota media de Selectividad fue un 7,41 en 2020-2021 frente al 6,51 de la media de la Comunidad de Madrid. Este instituto público lleva a cabo múltiples proyectos, entre ellos, de investigación científica o de intercambio con países extranjeros.
En el único instituto público con Bachillerato de Excelencia de Madrid, creado por Esperanza Aguirre cuando fue presidenta de la región, el San Mateo, los alumnos sacaron de media en el último examen de Selectividad un 8,5 sobre 10 en la fase general.
Con todo, existe una variable crucial a la hora de determinar si un centro es conveniente o no para un alumno. Y no es otro que tener en cuenta el grado universitario que tiene pensado cursar. “Los padres que más tiempo invierten en la búsqueda de un instituto son aquellos cuyos hijos quieren estudiar Medicina (uno de los grados con la nota de acceso más alta). Se están jugando todo a un examen y tienen que encontrar una buena combinación entre sacar muy buena nota en Bachillerato y Selectividad. Porque hay centros donde sus alumnos obtienen una gran calificación en la EBAU, pero son muy exigentes en Bachillerato y eso les puede hacer bajar la media", explica Sainz.