Nueve de cada diez mujeres (90%) trabajadoras españolas han sufrido algún tipo de discriminación relacionado con su sexo, constitutivo de algún delito de acoso, a lo largo de su vida laboral, según recoge un estudio realizado por el sindicato CC.OO a petición de la Delegación de Gobierno contra la Violencia de Género.
El informe se ha realizado a través de un cuestionario realizado a 1.119 mujeres en edades de entre 16 y 64 años de todas las autonomías, así como de Ceuta y Melilla. El trabajo se ha centrado en dos tipos de discriminación o acoso: el sexual --comportamientos inadecuados, comentarios sexuales, piropos-- o el acoso por razón de sexo --infravaloración del trabajo o de las opiniones de una trabajadora en relación al de sus compañeros hombres--. De estos testimonios, se ha recogido que una misma mujer puede haber sido víctima de estos dos tipos de acoso en diferentes periodos laborales e, incluso, vivirlos al mismo tiempo. Además, este tipo de actitudes se registran en todo tipo de empresas y en todos los sectores.
En cuanto al perfil de las víctimas, el estudio señala que "no hay un perfil determinado". Tal y como ha señalado la secretaria confederal de Mujeres e Igualdad de CCOO, Elena Blasco, "cualquier trabajadora puede ser susceptible" de ser una víctima, aunque sí existen "un serie de factores de riesgo" ante estos comportamientos: la precariedad laboral y económica de la mujer o los entornos laborales de mayor aislamiento.
En la rueda de prensa en la que se ha presentado este trabajo, Blasco ha mostrado su preocupación por la "infradenuncia" en estos casos. En este sentido, ha indicado que, el 72% de las víctimas de estas discriminaciones no lo pusieron nunca en conocimiento de la empresa o de sus compañeros y, en su mayoría (un 62%) no lo hicieron por "miedo a represalias".
La técnica de la Secretaría confederal de la Mujer de CCOO, Raquel Gómez, ha destacado, además, que la mitad de las encuestadas aseguran "desconocer si otras mujeres habían sido acosadas" anteriormente en la misma empresa. "Esto revela que estas experiencias se ocultan y no se comentan en los entornos de confianza dentro de la empresa", ha señalado.
En este sentido, Gómez advierte de que, "la realidad demuestra que es difícil aportar pruebas" de estas situaciones que, en su mayoría, se producen sin testigos. Esto, ha apuntado "desanima" a las mujeres a emprender acciones legales. En este contexto, el estudio indica que en el caso de las trabajadoras de las pymes y micropymes tienen aún más difícil el denunciar o abordar el tema con la empresa, debido a "la falta de un marco regulador" en este sentido. Blasco también ha destacado el hecho de que el 88% de las víctimas encuestadas no se haya cogido ningún tipo de baja por este acoso, a pesar, ha señalado, de que estas situaciones tienen consecuencias físicas y mentales para quien las sufre.
En el mismo acto, la delegada de Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, ha comparado estas cifras con las que su departamento recogió en la macroencuesta sobre violencia machista, presentada en septiembre del año pasado. Ha recordado que, según este estudio, el 40,4% de las mujeres mayores de 16 años (más de 8 millones de españolas) habían sufrido acoso sexual en algún momento de su vida, el 17% de ellas en el trabajo.
En cuanto al origen de ese acoso sexual, el 6,5% señaló a un hombre de escala superior; el 12% a otros hombres; el 0,3% a una superior mujer y el 0,9% a otras mujeres. "El acoso sexual o por razones de sexo en el trabajo ha pasado demasiado tiempo invisibilizado", ha lamentado Blasco quien ha llamado a "reforzar la negociación colectiva" para la puesta en marcha de protocolos, planes de Igualdad y medidas que eviten estos comportamientos; una actuación más minuciosa de la Inspección laboral; o reforzar el marco normativo.
"Es necesario creer a las mujeres, asesorarlas, acompañarlas y denunciarlo", ha indicado en un llamamiento a las instituciones y los agentes sociales. En este sentido, ha llamado a ambas partes a colaborar para erradicar el acoso laboral, tanto sexual como por razones de sexo. Gómez ha apuntado, además, que las propias mujeres proponen la formación como "clave" para prevenir estos comportamientos y como "elemento central" para corregir. A su juicio, esta formación debe realizarse a toda la empresa, en todos los niveles, y tiene que abordar acciones constitutivas de acoso, así como los efectos que este supone para la víctima y su entorno, laboral, social y familiar.