Puede que te sorprenda, pero incluso cuando llegue el momento de cobrar tu pensión por jubilación, seguirás teniendo que abonar cada año tu parte correspondiente en concepto de Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas o IRPF. Conocer la cuantía exacta de la pensión que irá a parar a manos de Hacienda es, por tanto, una de las principales preocupaciones para cualquier pensionista, sobre todo cuando la cuantía que le corresponda percibir no sea muy elevada. ¿Cuál es la retención de IRPF en caso de jubilación y cómo calcularla?
El IRPF es un impuesto directo (es decir, que grava de forma directa a cada persona, ya sea física o jurídica, en este caso, en función de sus ingresos en el periodo de un año) y progresivo (cuanto más ganemos, más pagaremos proporcionalmente). Sobre este segundo punto, existen distintas horquillas de ingresos a las que se aplican distintos porcentajes que van a parar a Hacienda, en orden ascendente. Así, una persona con pocos ingresos pagará menos IRPF proporcionalmente que una que gane mucho dinero.
Partiendo de esta idea, el principal factor a la hora de determinar cuál será nuestra retención en la pensión por jubilación será el valor de nuestros ingresos, de forma que cuanto más ganemos, más elevado será el porcentaje final que tendremos que pagar.
Tal y como explica Mapfre, la pensión de jubilación se considera, a efectos fiscales, un rendimiento del trabajo. Por tanto, a la hora de calcular la cuantía que nos tocará pagar en concepto de IRPF, su lugar en la declaración de este tributo será el mismo que el correspondiente a, por ejemplo, la nómina.
Si la pensión es nuestro único ingreso, el cálculo aproximado de la cuantía que se nos retendrá será muy sencillo. Sin embargo, es posible que percibamos otras sumas por distintos conceptos (acciones, rentas procedentes del alquiler de una vivienda...) que, en caso de existir, deberán sumarse a la cantidad correspondiente a la pensión por jubilación.
En cualquier caso, para realizar este cálculo deberás tomar como referencia la base anual de tu pensión y demás ingresos, y aplicar el porcentaje correspondiente a cada tramo.
Las retenciones por tramos de las pensiones en 2020 definen un primer tramo de hasta 12.000 euros anuales, en cuyo caso la retención es inferior al 1 por ciento. El siguiente tramo va desde los 12.001 euros hasta los 18.000 y se aplica una retención del 2,61 por ciento, mientras que entre los 18.001 y los 24.000 euros anuales se grava con un 8,69 por ciento. El siguiente tramo, del 11,83 por ciento, va desde los 24.001 a los 30.000 euros anuales, y a los ingresos superiores a los 30.000 euros anuales se les aplica el 15.59 por ciento.
Además, ten en cuenta que, en función de tu caso concreto, es posible que se apliquen distintas variaciones, como las relacionadas con tu estado civil, posible grado de minusvalía, personas a cargo... Estas circunstancias modificarán la suma final que deberás abonar.
Por último, debes saber que actualmente los jubilados que perciban una pensión que no supere los 900 euros mensuales o los 22.000 euros al año no deberán tributar IRPF, siempre que tengan un único pagador. En caso de existir más de una fuente de ingresos, el mínimo baja hasta los 12.643 euros anuales. A partir de estas cifras se comenzarán a aplicar retenciones que aumentarán en función del nivel de renta.