Planes de pensiones indexados: qué son y cómo funcionan
Los planes de pensiones indexados son tendencia entre los ahorradores: menos comisiones y más seguridad son algunas de sus ventajas
Se puede rescatar el dinero ahorrado junto con los intereses generados a su favor al jubilarse
Son deducibles fiscalmente
Los planes de pensiones son productos bancarios cada vez más comercializados entre los ciudadanos, al servir como complemento a la pensión pública y permitir a quien los contrata disfrutar de un mejor nivel de vida llegado el momento de la jubilación. Se trata de productos de ahorro a largo plazo que pueden funcionar de distinto modo y contar con un mayor o menor nivel de riesgo. Una de las opciones existentes son los planes de pensiones indexados. ¿Qué son y cuáles son sus ventajas? ¿Cuándo optar por este producto de ahorro?
Planes de pensiones indexados: ¿Qué son y cómo funcionan?
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Los planes de pensiones indexados o planes de pensiones invertidos en fondos indexados son productos íntimamente relacionados con la llegada de los Robo Advisors a España: este último término se refiere a un tipo de empresa que realiza las actividades de asesoramiento y gestión de carteras de forma automatizada, valiéndose de algoritmos programados internamente y teniendo en cuenta las circunstancias personales de cada inversor a la hora de ofrecerle determinados productos.
Estas empresas suelen ofrecer productos financieros más innovadores, baratos y con menos comisiones. Por ejemplo, los planes de pensiones indexados, que se comercializan mayoritariamente desde este tipo de empresas, aunque no exclusivamente.
Tal y como recuerdan desde Rankia, los planes de pensiones indexados funcionan básicamente igual que los tradicionales: el ahorrador aporta periódicamente cierta cantidad de dinero según la rentabilidad que desee y el nivel de riesgo elegido, contando además con la ventaja de deducir estas aportaciones fiscalmente. Llegado el momento de la jubilación, se podrá rescatar el dinero ahorrado junto con los intereses generados a su favor.
La diferencia es que, en este caso, el producto de ahorro invierte en productos indexados o de gestión pasiva. Tal y como recuerdan desde BBVA, los fondos de inversión son gestionados por entidades gestoras, y pueden ser de dos clases: de gestión activa o de gestión pasiva. Así, la gestión activa busca una rentabilidad superior a la del mercado en el que opera el fondo, mientras que la pasiva busca igualarlo.
El resultado es que la gestión pasiva requiere menos actividad por parte del gestor, ya que basta con realizar una inversión inicial en activos financieros que se mantendrá en cartera durante un tiempo prolongado. Precisamente en esto se basan los fondos indexados, también conocidos como fondos índice, que simplemente buscan replicar un índice determinado.
Una manera sencilla de comprender el funcionamiento de este tipo de fondo es pensar en un inversor que compre el mismo porcentaje de acciones de cada una de las empresas de un índice, manteniendo los pesos proporcionales de esos valores en el índice. Ese proceso es el de creación de una cartera indexada, es decir, una "versión en miniatura de dicho índice". Así, lo normal es obtener la misma relatividad que la que obtendrá ese índice en el mismo periodo de tiempo.
Al tratarse de productos más sencillos de gestionar, las comisiones son mucho menores en estos casos, y esta es quizás la principal ventaja de este tipo de planes de pensiones, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de productos que se contratan muy a largo plazo y que, por tanto, las comisiones acumuladas pueden llegar a ser muy cuantiosas.
Otra gran ventaja de este tipo de planes de pensiones (que pueden ser de renta fija, variable o mixta) es que es posible invertir en todo el mundo a través de ellos. Su diversificación permite que la rentabilidad sea más estable que cuando invertimos de forma más específica.
Además, el seguimiento de este tipo de productos resulta más sencillo para el inversor, lo que aporta mucha tranquilidad: basta con analizar el comportamiento del índice al que el fondo intenta imitar para conocer la marcha de la inversión. Sobre todo cuando el perfil del cliente no es el de una persona conocedora de los entresijos del mundo financiero, la facilidad a la hora de comprender estos índices es uno de los grandes pros de contratar un plan de pensiones indexado.
Por último, es importante el hecho de que este tipo de fondos no suelen operar a corto plazo, de forma que las únicas sorpresas que le esperan al inversor son las que depare el propio mercado. No ocurre así en la gestión activa, donde el gestor buscará maximizar el beneficio, entre otras cosas, operando a corto plazo. También es un punto a favor el hecho de que los planes de pensiones indexados resultan innovadores, sobre todo en el ámbito de los inversores institucionales. De hecho, la banca tradicional se ha sumado a esta tendencia y cada vez ofrece más planes de pensiones de este tipo.