El tejido empresarial se reduce. Y son las pequeñas y medianas empresas sobre las que caen en mayor medida las consecuencias económicas de la pandemia del coronavirus. Unas 100.000 pymes han cerrado ya en nuestro país, el 8% del total, desde que comenzó la crisis. Y de los casi 1,5 millones de empleos perdidos en los últimos nueve meses en España (incluidos los que se encuentran en ERTE), “prácticamente el cien por cien estaban en empresas de menos de 250 empleados”, destaca Raúl Grijalba, presidente de ManpowerGroup en España. Es decir, los que más están sufriendo son los negocios más pequeños.
Estas son algunas de las principales conclusiones de la edición número 59 del Índice MapowerGroup, dirigido por el catedrático emérito de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Josep Oliver. Uno de los análisis más pormenorizados que se llevan a cabo en España sobre la evolución de nuestro mercado de trabajo. Las previsiones, de nuevo, vuelven a no ser demasiado halagüeñas.
Los resultados de este informe se han presentado esta mañana a través de videoconferencia desde la sede de la Cámara de Comercio en España, con la participación del director general de la región mediterránea de ManpowerGroup y presidente en España, Raúl Grijalba; y su directora general, María José Martín; el catedrático Jopep Oliver, que ha participado desde Barcelona; y el presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet, y su directora general, Inmaculada Riera.
El profesor Oliver ha alertado sobre el problema de liquidez de las pymes, que continúan teniendo que afrontar gastos pero ven reducidos en gran medida sus ingresos por la caída de la demanda, especialmente en los sectores de alojamientos y hostelería, aunque no sólo. Unos problemas de tesorería que podrían llevar en los próximos meses a muchas más de las que lo han hecho hasta ahora a terminar siendo insolventes y echando el cierre, lo que supondría una mayor pérdida de empleo.
En este sentido, los máximos responsables de ManpowerGroup y la Cámara de Comercio, así como el profesor Oliver, han coincidido en la conveniencia de prolongar los créditos ICO. Pero no es una medida suficiente. “El ICO paró el primer golpe y se pensaba que en la segunda mitad de este año se iba a asistir a una mayor recuperación económica. Pero la segunda ola de la pandemia ha vuelto a echar el freno al crecimiento y posiblemente terminaremos 2020 decreciendo”.
El catedrático se ha mostrado preocupado por la supervivencia de muchas pequeñas y medianas empresas en la actual fase de transición desde la segunda ola hasta que se comience la vacunación de la población en nuestro país. “Serán unos meses más sin salir de la crisis y comenzar la recuperación. En Semana Santa tampoco espero que el turismo y el ocio vayan a recuperarse, y menos aún si llegase una tercera ola tras las navidades. El Gobierno debería iniciar el camino de las ayudas directas a las empresas, además de prolongar los créditos ICO”.
José Luis Bonet, el presidente de la Cámara de Comercio, también ha subrayado la importancia de que el Estado abra el camino a las ayudas directas a las empresas para que puedan resistir la actual situación hasta que comiencen a verse efectos positivos tras las vacunaciones, tal y como se está haciendo ya en otros países europeos. Especialmente, si llega una tercera ola después de Navidad, que agravaría aún más la situación de muchas pymes durante unos meses. Y teniendo en cuenta que los recursos europeos con los que se están financiando los ERTE en España se agotarán, según los cálculos de Oliver, en abril o mayo de 2021.
El presidente de la Cámara de Comercio ha pedido, además, mayor “contundencia” a los gobiernos en materia fiscal. “No puede ser que se cobre un impuesto de actividades económicas cuando no hay actividad económica; o el IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles), por ejemplo a los hoteles”.
Bonet ha sido claro destacando la importancia de lo que se juega la economía española en estos meses. “Estamos sólo a mitad del túnel. Si el Estado no ayuda a las empresas, muchas no llegarán al final del túnel y se perderán más empleos y consecuentemente, se reducirá la recaudación fiscal. El Estado debe echar el resto”.
Todos los participantes han coincidido al destacar la oportunidad histórica que pueden representar para España los fondos europeos de reconstrucción, si se emplean adecuadamente, para modernizar nuestro modelo industrial desarrollando la economía verde y sostenible, y la digitalización de nuestro tejido empresarial; propiciando una recualificación de muchos profesionales.
También habría que potenciar la FP y facilitar el crecimiento del nivel de exportaciones de nuestras empresas, algo que fue muy beneficioso para salir de la anterior crisis, la de 2008. Grijalba ha estimado que la mitad del empleo recuperado en esa etapa obedeció al incremento del comercio exterior.
Para ello, han subrayado, ha de producirse una colaboración público-privada, entre administraciones y empresas. Grijalba, ha reconocido que “hay dudas sobre la efectividad y rapidez en el uso de los fondos (21.000 millones de euros); con los que ya se cuenta en los Presupuestos Generales del Estado de 2021, pero que aún no han llegado ni se conoce a qué se van a destinar”