Bares y restaurantes, en algunos puntos de España, pasan por momentos de dificultad. Tienen problemas para conseguir productos frescos como pescados, frutas, verduras y cervezas. Reconocen que el impacto de la huelga de transportistas está siendo muy rápido y creciente.
Juan, dueño de una marisquería, abre la persiana de su negocio con un escenario inquietante: “No llega nada de boquerón, ni boquerón gordo, ni vitoriano…”. En su carta de pescado y marisco, ahora solo puede ofrecer a sus clientes el 50%. “La gamba de garrucha estamos teniendo problemas para tenerla, el pescado de Alicante, la merluza de Galicia…”, explica.
El paro de los transportistas está ahogando a todos los sectores y también al de la hostelería. “Bueno, nosotros hemos subido un poquito los precios de los productos porque se ha encarecido todo bastante”, comenta un hostelero. “Ya no solamente por las materias primas, sino incluso la luz, la energía, el gas, no se puede aguantar este incremento de precios en todos los aspectos”, justifica otro.
Los clientes, en general, ven normal una subida de precios porque “a ellos les están subiendo también los precios y yo lo entendería que cobraran un poquito más”, aunque la pérdida de poder adquisitivo podría hacer que dejasen de ir a los bares.
“Si tengo que desayunar todos los días en la calle, como tú comprenderás, no puedo. Que lo entiendo, pero desayunaría en mi casa”, admite una mujer.
“El aceite de girasol nos han subido a 19 euros”, dice un hombre mientras hace churros, añadiendo que “hay que subirlo, es que si no, no te compensa”.
A esto hay que sumarle que los bares de España comienzan a quedarse sin cerveza. Por eso y con este panorama los bares se plantean subir los precios y la cuenta.