A la hora de hacer la declaración de la Renta hay muchos factores a tener en cuenta, uno de ellos es si nos merece la pena hacerla de manera conjunta o si es preferible que cada una de las partes de la pareja la haga por separado. Hacer una declaración conjunta puede tener beneficios en algunos casos, pero no siempre es así.
Como primera medida, no todo el mundo puede hacer una declaración de la renta conjunta, tienen que darse unas circunstancias concretas. La declaración conjunta se puede realizar cuando la pareja está casada o si tiene hijos, pero también en caso de estar divorciada o ser pareja de hecho, siempre y cuando se tengan hijos. En este caso, solo uno de los dos puede formar unidad familiar con los hijos y, por tanto, optar a la declaración conjunta.
Al realizar la declaración conjunta, ambos se hacen responsables de la posible deuda con Hacienda que la declaración arroje, por lo que podría ser reclamada a cualquiera de los dos.
Una de las ventajas de la declaración conjunta es que permite a los dos contribuyentes compensar mutuamente las pérdidas, es decir, que si uno de ellos ha obtenido pérdidas y el otro ganancias, puede conseguirse un ahorro fiscal. También puede ser una opción más rentable para algunas unidades familiares, porque se parte de una rebaja en la base imponible si se convive con los hijos menores o en situación de incapacidad, y cuando no existe convivencia.
La declaración de la Renta conjunta no siempre compensa, pero sí que lo hace en algunos casos concretos, como cuando solo uno de los dos contribuyentes trabaja o cuando, trabajando ambos, los ingresos de uno de ellos son muy reducidos. También cuando los dos contribuyentes realizan inversiones u obtienen rendimientos, en este caso, las pérdidas de uno pueden compensarse con las ganancias del otro, como señalábamos antes.
En cualquier caso, una manera de saber qué forma de hacer la declaración les conviene más como pareja sería hacer una simulación de ambos tipos de declaración y en función de los resultados tomar las decisiones que consideren adecuadas.
Si bien hay algunos casos en los que compensa hacer la declaración conjunta, hay otros en los que beneficia más hacerla individual. Será preferible hacerla conjunta si solo uno de los dos trabaja, si uno gana muy poco o cuando ambos inviertes, pero es mejor hacerla de manera individual si ambos trabajan y ganan más del mínimo; también cuando se puede deducir por compra o alquiler de vivienda, si se hace la renta por separado, ambos se pueden desgravar un porcentaje de la hipoteca.
En definitiva, cada caso es diferente, pero hay algunos en los que parece más conveniente que otros optar por declaraciones individuales o conjuntas. La elección dependerá de cuál de ellas suponga mayores beneficios para la pareja y nada tendrá que ver con el amor que se profesan o cómo funcione su relación.