Hace 16 años, Urueña (Valladolid) vivió una nueva refundación. La villa, excluida de la comarca de la Tierra de Campos, llevaba a gala hasta ese momento tener el recinto amurallado mejor conservado de Castilla y León y haber sido elegido uno de los pueblos “más bonitos de España” en 2014.
A esa carta de presentación se le unió en 2007 un nuevo epígrafe, villa del libro. El municipio emuló a las localidades de Hay-on-way, País de Gales; Redu, en Bélgica, o Montelieu, en Francia, y pasó a presumir de ser el pueblo donde el número de librerías, 12, superaba al número de bares de la localidad.
El pueblo, a 55 kilómetros al noreste de Valladolid, cuenta además con un taller de encuadernación que ha revitalizado la zona y atrae cada año a 25.000 turistas.
Este viernes 29, si nada lo remedia, Urueña va a pasar a formar parte de otra estadística mucho menos atractiva; la del 55% de los municipios de España que carece de cajero automático.
Francisco Rodríguez, alcalde del pueblo, hacía un llamamiento a la desesperada a través de las redes sociales a la vista de que se quedan sin servicios financieros. Unicaja, propietaria del único cajero del municipio, ha comunicado al ayuntamiento que lo desmontará este viernes.
“Salvo milagro de última hora pues nos quedamos sin el cajero que tan buen servicio daba a Urueña, pueblos de alrededor y turistas”, publicaba en X (antigua Twitter) desde la cuenta del ayuntamiento.
“Hace seis años intentaron lo mismo y en el último momento conseguimos que se diera marcha atrás después de que el ayuntamiento, como gesto, decidiera suscribir varios seguros con ellos”, explica a Informativost5.com Francisco Rodríguez, el alcalde de Ureña, que añade que la entidad financiera le avanzó sus planes hace tres semanas y se lo ratificó este martes por correo electrónico. “Del servicio de este cajero no solo se beneficia el pueblo, también el resto de la comarca y sobre todo el turismo, del que también vive el pueblo”, defiende Rodríguez, que ha apelado a la Confederación de Cajas y distintas asociaciones pidiendo ayuda
“Los vecinos mayores que viven aquí tuvieron que aprender a usar la tarjeta y el cajero hace unos años, cuando el empleado de la entidad bancaria dejó de venir semanalmente para que los pensionistas cobraran en mano la pensión.. Ahora ni siquiera eso”, asegura Rodríguez, que se ha dirigido a la Diputación y a la Junta de Castilla y León pidiendo ayuda.
“Llevo aquí dos años y en este tiempo he visto desaparecer del pueblo la carnicería y la panadería… y ahora esto”, se lamenta Lourdes Gómez, la propietaria de la librería “El rincón”, que atiende por teléfono a Informativost5.com. El quebranto para los 200 habitantes -la mitad vive allí todo el año- hará que tengan que desplazarse a Mota del Marqués (a 14,5 kilómetros) o Villabrágima (16,5) para retirar efectivo. “La gente paga sobre todo con tarjeta o bizum, pero es evidente el daño para el comercio. El servicio que presta el cajero es sin duda importante, para los vecinos y para los turistas que los fines de semana, los puentes y el verano, se pasan por aquí”.
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) retrata una realidad creciente sobre todo en la España vaciada. En los últimos 15 años, según el último informe de la entidad, han desaparecido el 23% de los cajeros automáticos debido al cierre de las oficinas bancarias y a la digitalización del sector.
El argumento para echar el cierre a los expendedores es siempre el mismo; la escasez de movimientos diarios. Las cuentas para las entidades hablan de un coste de 1.000 euros mensuales para la entidad por mantener un cajero operativo; lo que para rentabilizarlo se necesitan 56 retiradas diarias, según información facilitada por ING Direct.