Las primeras reacciones de las compañías aéreas a la propuesta del Parlamento Europeo sobre el equipaje de mano no han tardado. Ryanair ya ha dicho que no está por la labor de dejar de cobrar por ellas. ¿Por qué está tratando de poner orden en este asunto Bruselas?
La Comisión Europea busca la protección de consumidor, también con esta propuesta.
Así que aparte de proteger al viajero para que no le cobren por subir una maleta de cabina al avión, quiere armonizar la disparidad de medidas de maletas que impone cada aerolínea.
Así se evitaría el lío de saber si tu maleta cumple las medidas o no cada vez que viajas.
No hay ninguna norma sobre el tamaño de los equipajes de mano. Solo existe una recomendación de la agencia internacional del transporte que señala unas medidas adecuadas que sin 55 por 35 por 20 cm.
Como es una recomendación, cada aerolínea hace lo que quiere. British Airways e Easyjet tienen esta medida recomendada. Iberia otra, con menos ancho que la anterior y Ryanair y Vueling otra medida con menos fondo. Además, las aerolíneas de bajo coste cobran por ellas.
Más allá de la intención de Bruselas de armonizar las medidas de las maletas de mano, Ryanair dice que no se puede no cobrar por subirlas a la cabina, que es el punto más peliagudo de la discusión. La compañía de bajo coste sostiene que no caben todas las maletas de todos los pasajeros. Un argumento cierto.
En un avión de medio recorrido como el A320 caben 180 pasajeros, de hecho hace años que estrecharon los asientos para añadir filas. Sin embargo, solo hay capacidad en los maleteros para 90 maletas. La mitad no caben y por eso las maletas de los últimos pasajeros acaban siempre en la bodega y luego toca esperar. La comodidad en el vuelo y la rentabilidad del negocio están reñidas.