Quedan menos de tres semanas para que expiren algunas de las medidas del último plan anti-crisis del Gobierno. La reducción del IVA en los alimentos es la única que se ha confirmado continuará. Hasta septiembre o diciembre está por ver. "La bajada del IVA de los alimentos se mantendrá en tanto que no tengamos un nivel de precios adecuado en este ámbito, dada la influencia de los precios de los alimentos en la inflación y en bolsillo de las familias españolas", confirmaba la vicepresidenta primera, Nadia Calviño desde Nueva York este viernes.
Queda en el aire la decisión sobre la bonificación a los combustibles que todavía se aplica al sector del transporte profesional por carretera y los descuentos al transporte urbano e interurbano. El Gobierno esperará a conocer los detalles de la evolución de los precios en junio y en función de los datos decidirá qué medidas tienen que ser extendidas y "cuáles ya no tienen sentido". Calviño apuntaba, por ejemplo, que los precios de la energía habían "caído considerablemente, volviendo a los niveles prepandemia".
Esta evolución afectaría a la bonificación de los carburantes ya que todas las rebajas fiscales relacionadas con la factura de la luz o del gas se aprobaron para que tuvieran una vigencia durante todo 2023. Aunque la propia Comisión Europea ha pedido a los gobiernos que retiren las medidas excepcionales para hacer frente a la crisis energética, la ministra Teresa Ribera ha asegurado que la fiscalidad de la luz y el gas no se revisará hasta diciembre.
Es cierto que en el apartado de los alimentos es probable que los precios ya hayan tocado techo, pero todavía es pronto para poder asegurar una moderación en el corto plazo, más aun con los efectos que está generando la sequía en el campo.
Otra referencia es el límite que establecía el esquema en vigor. El Gobierno aprobó la rebaja del IVA siempre y cuando la inflación subyacente no se situara por debajo del 5,5%. Ese índice que no tiene en cuenta ni alimentos frescos ni carburantes no ha vuelto a cruzar esa línea: el dato adelantado de mayo se situaba en el 6,1%.
Desde el propio sector agroalimentario entienden que existen motivos "más que justificados" para mantener la rebaja del IVA "incluso en el actual escenario político". El próximo día 13 se conocerá el desglose de la inflación de mayo y sabremos cuánto han subido los alimentos. Su tasa interanual en abril se moderó hasta el 12,9%.
Como la entrada en vigor de la rebaja del IVA les pilló con el tiempo apurado a las empresas, esta vez piden que se tome una decisión "a la menor tardanza". Calviño, dicen, es consciente del "tremendo esfuerzo de adaptación" que tuvo que hacer el sector en los últimos días de diciembre de 2022. El nuevo decreto ley tendría que ser aprobado por la Comisión Permanente del Congreso.
En coste de la medida en los cuatro primeros meses del año asciende a 254 millones de euros, según las cifras de Hacienda. Extenderla hasta diciembre supondría renunciar a 762 millones de recaudación por IVA en lugar de 380 millones (medio año solo).
La idea de la rebaja del IVA a los productos de la cesta básica de la compra la lanzó Alberto Núñez Feijóo en septiembre de 2022. El Gobierno la rechazó en ese momento, pero vista la senda ascendente que tomaban los alimentos, cambió de opinión en diciembre.
Los populares siempre han defendido que habría que incorporar a la lista de rebajas del IVA a la carne y el pescado, que siguen pagando el 10% de impuesto sobre el valor añadido. El sector agroalimentario apoya la ampliación a otros productos "vistos los efectos de la medida".
Los economistas apuntan que el ahorro de la rebaja del IVA es superior para las rentas altas y además, se corre el riesgo de que las empresas no trasladen completamente la rebaja. También han criticado que se trata de una medida demasiado general. Establecer un IVA diferente en función de los ingresos de cada uno es imposible (ya existía esta problemática con la bonificación de los 20 céntimos a los carburantes), pero quizá sí habría una manera de focalizar más hacia las rentas bajas. ¿Cómo? Eligiendo los productos y servicios.
Un simulador de la Autoridad de Responsabilidad Fiscal Independiente (AIReF) sobre esta cuestión permite diseñar una rebaja del IVA más focalizada si afecta a bienes y servicios cuyo consumo se concentra en los hogares de renta baja. Si es al contrario, beneficiará mucho más a las rentas altas.
La carne de ternera y, sobre todo, el pescado fresco son productos que consume mucho más la gente con mayor poder adquisitivo. De cada 100 euros menos de recaudación por una rebaja del IVA en estos dos productos, las familias con menor renta se ahorrarían 7 euros mientras que las más ricas el doble, 14 euros, según el simulador de AIReF.
Pero esa misma rebaja del IVA tendría un efecto de ahorro más neutro entre niveles de renta si se aplica a productos como: patatas, arroz, harinas, pan, pasta, carne de ave, pescado congelado, leche, huevos, mantequilla, aceite, frutas, azúcar, legumbres y hortalizas.
En ambos casos las rentas más bajas serían las que más ahorrarían en porcentaje respecto a su renta, dado que este gasto representa un mayor peso en su cesta de la compra.
Hay cambios en el IVA que beneficiarían mucho más a las familias con menos ingresos. Por ejemplo, el butano se consume muchísimo más en estos hogares y serían ellos los que más notarían muchísimo más una rebaja de impuestos a este producto. Todo lo contrario ocurre con el vino, mucho más consumo conforme mayor es la renta.
Desde múltiples organismos --tanto nacionales como internacionales-- se lleva meses recomendando a los gobiernos a que retiren las medidas excepcionales. Se habla de mantener solo las más focalizadas a los sectores/población más vulnerables.
El balance hasta la fecha de cómo han funcionado los planes anti-crisis para hacer frente a la inflación es positivo. "En conjunto, las medidas desplegadas han permitido reducir la inflación e impulsar la actividad", concluía el informe anual del Banco de España (BdE). En total, mitigar el golpe costará 37.000 millones de euros, según los cálculos del BdE, que también alertaba de un efecto rebote en la inflación una vez se retiren las ayudas el año que viene.