El precio de la electricidad en España está tan disparado que acertar con una tarifa que nos nos vacíe el bolsillo es un auténtico quebradero de cabeza. Elegir entre el mercado libre y el regulado ha dejado de ser una opción automática y sencilla, y el principio de que es más barato poner la lavadora o el lavavajillas de noche ha dejado de ser cierto como consecuencia del mecanismo de compensación por el tope del gas. Pero no está todo perdido, hay herramientas que nos ayudan a conocer cuál es nuestro consumo y comparadores oficiales que nos ofrecen diferentes tarifas para saber si estamos pagando de más o si hay una oferta más beneficiosa.
Los consumidores se enfrentan a un aluvión de datos que, muchas veces, complica más que favorece la toma de decisiones. Cuánto más investigamos en foros y páginas especializadas más nos damos cuenta de lo que nos falta por aprender. Por eso es necesario tener claro qué estamos buscando y cuáles son nuestras limitaciones y necesidades.
Para empezar a tener una idea clara de nuestro consumo eléctrico, lo primero que hay que tener a mano es nuestra factura de electricidad. En ella podremos saber cuál es nuestra distribuidora a través de los cuatro primeros dígitos de la CUPS (en esta página especializada de tarifaluzhora se puede consultar), además de la comercializadora con la que hemos contratado el suministro de electricidad. También accederemos a información importante como la tarifa contratada y el precio del kwh al que la pagamos. También veremos reflejado los peajes y cargos fijos así como los variables. Desde el pasado mes de junio aparecerá también un concepto nuevo que es la compensación por el tope de gas aprobado por el Gobierno y conocido como 'excepción ibérica' del que solo se libran aquellos contratos con precio fijo el mercado libre firmados antes de abril de 2022 y hasta su renovación.
Y este es el primer obstáculo con el que nos encontramos, que ya no es posible hablar de una tarifa plana del precio del kwh ya que la compensación va variando cada hora dependiendo de la demanda eléctrica y de la participación de las plantas de ciclo combinado que consumen gas para abastecer al sistema, de forma que cuando más demanda haya y cuanto más se use el gas para generar electricidad más se incrementa esta compensación.
Con esta información básica, ahora hay que saber al detalle la realidad de nuestro consumo eléctrico. Para ello y conociendo cuál es la empresa distribuidora que nos corresponde debemos de ponernos en contacto con ella para que nos habilite el acceso a nuestro contador inteligente. Se trata de un proceso relativamente rápido en el que nos harán falta nuestros datos personales y los dígitos de nuestra CUPS. Una vez autorizado el acceso y a través de sus aplicaciones o de su web podemos tener una imagen precisa y exacta de cómo consumimos por hora, días, semanas o años.
Conocer cuál es nuestro consumo nos permitirá avanzar en el siguiente paso: el comparador de tarifas de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) al que podremos acceder a través de cualquier buscador o usando el código QR incluido en nuestras facturas de electricidad.
Se trata de una potente herramienta en la que podemos conocer ofertas de electricidad destinadas a un consumidor medio o aportar nuestros datos reales de consumo para que las ofertas se ajusten mejor a nuestro perfil energético.
El comparador nos solita primero decidir qué ofertas energéticas buscamos: electricidad, gas o ambas y, a continuación aportar nuestro código postal. Con estos datos básicos podemos optar por quedarnos como consumidores medios o subir a la herramienta los datos en formato CVS que nos proporcionó la aplicación o web con acceso a nuestro contador.
Una vez subidos estos datos, el comparador nos presenta una serie de ofertas de diferentes comercializadoras de nuestra zona en las que comprobaremos cuál es nuestro consumo y el gasto que efectuamos y cuál sería el ahorro estimado de decantarnos por otra empresa diferente.
En definitiva, conocer nuestro consumo energético ya sea de gas o de electricidad y utilizar las herramientas que el mercado pone a la nuestra disposición puede suponer una diferencia considerable en lo que pagamos mes a mes por la energía que consumimos para calentar nuestro hogares o utilizar de forma eficiente nuestros electrodomésticos sin arruinarnos por ello.