Escapó de Senegal, llegó a El Hierro en cayuco y ocho meses después, tras pasar por cuatro ciudades de España, está a punto de debutar como jugador del Club Baloncesto Palencia. Hablamos de Yatma Toure, de 25 años; el joven acude a entrenar tres veces a la semana y regresa al centro de acogida de Palencia donde vive con otras 89 personas.
Yatma vuelve a sonreír: "Todo es posible, pienso que todo es posible", precisa el joven solicitante de asilo, que habla desde la ciudad castellanoleonesa. Tras llegar de África hace casi un año a Canarias, pasó por centros de Almería y Madrid. No explica por qué huyó, ni siquiera avisó a su madre: "Estaba un poco difícil, pero ahora todo bien".
El joven de 25 años era universitario en Senegal y jugaba al baloncesto desde niño: "Puedo decir que el baloncesto es mi vida". Y la pasión se nota en la cancha. Ricardo Casao, técnico del centro San Juan de Dios de Palencia, lo vio cuando Yatma llegó hace un mes, con otros 89 varones de Senegal y Mali acogidos al centro de protección internacional. "Queremos que pueda desarrollarse y que tenga un grupo de colegas con los que pueda salir, con los que pueda practicar más el español... Y si de ahí sale que tiene nivel para jugar y ser mejor, encantados todos".
Unos pases, unas canastas y Yatma ya es fichaje del primera nacional en el Club de Baloncesto Palencia. "Tiene buen trabajo de base y creo que al equipo le va a ayudar mucho", explica Toño Prieto, el entrenador. "Es un jugador atlético, puede jugar en varias posiciones. Veremos cómo encaja", agrega Jaime Fernández, el capitán. El juego es parte de la integración. "Quiero ser profesional del baloncesto. Quiero trabajar aquí para cambiar mi vida", sentencia Yatma.
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