Este lunes han declarado ante el Juzgado de Instrucción número 10 de Valencia dos de los tres jóvenes investigados por los insultos racistas dirigidos contra Vinicius Júnior, jugador del Real Madrid, durante el partido que su equipo disputó contra el conjunto valenciano en Mestalla el 21 de mayo. Negando las acusaciones, a preguntas de sus letrados han señalado que no insultaron a nadie, defendiendo, sobre los gestos que efectuaron, que no tenían ninguna intención racista ni se hicieron por odio al brasileño o cualquier otro jugador de raza negra.
A la declaración en el juzgado también estaba citado un tercer joven como investigado en el procedimiento, el cual no ha podido acudir a prestar testimonio por motivos personales, por lo que lo hará en otra fecha.
En su comparecencia, los implicados que han prestado declaración han explicado que sus gestos se enmarcan en un contexto concreto, en un partido de fútbol en el que Vinicius iba provocando al estadio y a la afición, según han defendido.
A ese respecto, Juana Blázquez, la abogada de uno de los dos jóvenes ha señalado, en declaraciones a los medios de comunicación, que no quieren que su cliente "sea cabeza de turco de lo que ocurrió en Mestalla".
En la misma línea, Manuel Izquierdo, el abogado del otro joven que no ha podido acudir hoy para dar su testimonio ha asegurado ante los periodistas que el caso se ha sacado "absolutamente de contexto": "Es un problema puntual de una jugada de fútbol sacada de contexto. Se trata de tres chavales de 18 años recién cumplidos que no pertenecen a ninguna banda radical ni tienen tatuajes. Son gente totalmente normal", ha subrayado.
De este modo, ha incidido en que en estos hechos "hay medio Mestalla" implicado. "De lo que se acusa a estos tres chicos había mucha más gente que estaba haciendo lo mismo, y en otras partes del campo más significativas", ha advertido. "Mi cliente ni insultó ni menospreció a nadie por su condición de raza ni por motivos personales. No hay problema de odio", ha recalcado.
Por otro lado, el propio jugador del Real Madrid declarará como perjudicado. Será la próxima semana y previsiblemente por videoconferencia, según apunta Europa Press citando a fuentes conocedoras de la causa.
Mientras, Vinicius, que desde su concentración con Brasil ha recalcado que seguirá firme en su “lucha contra el racismo”, se haya inmerso en otro suceso polémico después de que uno de sus amigos y asesores personales, Felipe Silveira, haya denunciado formalmente a la Policía después de haber comunicado que había recibido un plátano por parte de un guardia de seguridad en el estadio del Espanyol antes del partido entre la ‘canarinha’ y Guinea.
Según ha informado el periódico brasileño Folha de S.Paulo, el círculo de Vinicius que ha acompañado a Silveira a una comisaría cercana al estadio ha asegurado que vuelven "a notar cómo no consideran el racismo un delito en España".
"Lo que más me llamó la atención, después del acto de racismo, fue cómo toda la gente, las autoridades, los jefes de seguridad, todos lo minimizaban y trataban de decir que era algo normal ahí, eso es cultura española y la vida que sigue", ha declarado uno de los asesores.
En este contexto, el procedimiento abierto por los hechos de Mestalla, tras recibir un atestado por un posible delito de odio elaborado por la Brigada de Información de la Jefatura Superior de Policía de la Comunitat Valenciana, continúan.
A esas diligencias previas se acumuló una denuncia por los mismos hechos interpuesta por la Liga Nacional de Fútbol Profesional, entidad a la que se tiene ya por personada en la causa como acusación particular.
Además, la Fiscalía, según ha apuntado el letrado Manuel Izquierdo, quiere además ampliar la causa de los insultos racistas a lo sucedido también en las afueras del estadio, en la llegada del autobús de Real Madrid, para investigar a posibles seguidores ultra que dirigieron cánticos al grito de “¡mono, mono!” contra el jugador.