Viajar en avión es un acto que, los más afortunados, no dudan en realizar en repetidas ocasiones para llegar a cualquier parte del mundo. Los desplazamientos por el aire son cada vez más habituales, y con ellos también aumentan los mitos sobre este modo de transporte que muchas veces nos llegamos a creer. Algunos de los mitos y verdades más habituales, según diversas webs especializadas, son:
Muchas veces oímos bailes de cifras sobre las probabilidades de morir en un accidente aéreo, pero la realidad es que es una octava parte de morir por ahogamiento y una décima parte de fallecer en un accidente de moto. Además, hay más posibilidades de ser alcanzados por un rayo que de morir en un accidente de avión.
Es cierto que algunas compañías aéreas eliminan la fila 13 de sus aviones por su relación tradicional con la mala suerte. Además, hay incluso compañías que también quitan la vida 17 porque en la cultura italiana también es un número supersticioso.
La tripulación sí que tiene que cumplir unos requisitos para poder trabajar, y se basan en la altura. El personal de vuelo tiene que medir más de 1,57 metros para poder llegar de manera adecuada a los compartimentos superiores.
Es cierto que los aviones comerciales reciben al menos un rayo una vez al año, pero no te asustes. Se trata de algo normal si piensas que se trata de un aparato con metal que puede atravesar tormentas. Pero este impacto no suele provocar ningún tipo de consecuencia en el avión, ya que están sometidos a rigurosas pruebas para que puedan soportarlo sin incidentes.
En realidad la prohibición de tener aparatos electrónicos encendidos se hace por precaución, ya que si todos los pasajeros los tuvieran encendidos podrían crearse interferencias que diesen lugar a problemas.
Las cajas negras, que registran la actividad del aparato y son claves en los accidentes para conocer las causas, no son negras como mucha gente se piensa. En realidad son de color naranja, aceptado universalmente para revestir objetos y que se vean en situaciones de visibilidad reducida.
Un mito muy extendido y que es totalmente falso por pura ciencia. Los aviones vuelan a tal altura que hacen que la presión del exterior sea menor que la del interior, y por consecuencia la puerta del avión se sella herméticamente haciendo imposible esta actividad.
Uno de los grandes misterios, si un bebé nace en un avión ¿no tiene nacionalidad? ¿tiene la del país por el que sobrevuela? esto no es necesariamente así. En España, por ejemplo, aunque alguien haya nacido en nuestro espacio aéreo, si sus padres no son nativos tendrá que residir tres años en el país para obtener la nacionalidad. Cada país tiene su ley al respecto, algunos priman la nacionalidad de los padres y otros el lugar donde nació.