Dos jóvenes almerienses salvan la vida de un pequeño zorro que se cayó a una balsa en Roquetas de Mar. Cuando lo vieron, el animal se presentaba muy cansado, prácticamente ya sin fuerzas y, sin dudarlo, uno de ellos, jugándose su propia integridad física, bajó agarrado a una tubería hasta el agua, donde comenzó a llamar al animal, que asustado, comenzó a acercarse, intuyendo que era su única salvación.
El animal nadaba exhausto, después de haber caído al agua. Probablemente, se acercaría con la intención de beber y terminó precipitándose dentro, sin posibilidad de salir por la profundidad. Uno de los jóvenes, se descuelga varias metros por una tubería y consigue agarrarlo. "Se está muriendo", comenta desesperado mientras le dice cariñosamente "ven mi niño, que ya te tengo".
El otro se encontraba arriba, fuera de la balsa, para ayudar a su amigo a subir cuando tuviera al animal. Ellos también estaban asustados por el riesgo que estaban asumiendo y porque no sabían como podía reaccionar el animal. El chico que bajó, mientras trataba de tranquilizar cariñosamente al animal, precisamente por esto, decía "cuidado, que estos bichos muerden".
De este modo, comienza el duro ascenso con el animal en una mano. Con la otra se agarra a la tubería y, ayudándose de las rodillas, va trepando los cuatro metros que aproximadamente lo separan hasta llegar arriba. Aquí lo espera su compañero que le tiende una mano, mientras graba el rescate.
Rápidamente, se dieron cuenta que el animal estaba muy débil e incluso tiritando, por lo que decidieron ponerlo al sol para que cogiera calor. "Está temblando de frío", se lamenta su salvador. De nuevo, estos jóvenes, con mucho tacto, trataban de tranquilizar al animal diciéndole "ya está mi niño, ya está guapo, tranquilo", mientras lo acariciaban.
Un esfuerzo que ha merecido la pena y que hace seguir teniendo fe en la bondad del ser humano.