La alopecia es una condición dermatológica tan común como estigmatizada, sobre todo en la población femenina. Según la AEDV (Academia Española de Dermatología y Venereología), cada vez se registra un mayor número de casos de pérdida de cabello en mujeres, alcanzando la incidencia un 20% y hasta un 64% en mujeres embarazadas o que acaban de dar a luz. Pero, ¿a qué se debe este aumento?
Lo primero que debemos hacer al hablar de alopecia es diferenciar los seis tipos: androgénica, la más común, areata, asociada a enfermedades autoinmunes, universal, un subtipo de alopecia areata más agresiva, fibrosante, una alopecia de origen desconocido y más frecuente en mujeres, difusa, un tipo de caída reversible, y cicatricial, asociada a una cicatriz como su propio nombre indica.
Como vemos, cada tipo de alopecia tiene sus causas particulares, pero sin duda hay tres factores fundamentales para explicar la pérdida del cabello.
Los genes tienen un papel decisivo en algunos tipos de alopecia, algo que obsesiona a muchas personas que, por el simple hecho de tener padres o abuelos calvos, acaban autoconvenciéndose de que en un momento u otro perderán también el pelo. Esto no es tan sencillo, ya que hasta ahora se han detectado hasta 287 genes implicados en la alopecia de los cuales 40 están contenidos en el cromosoma X, es decir, el materno.
A nivel biológico, las hormonas también influyen en la alopecia. Es por ello que las mujeres embarazadas tienen una mayor incidencia de alopecia, dando lugar a lo que se conoce como caída del cabello postparto.
Esto guarda relación con el incremento de caída de pelo entre mujeres adolescentes, un hallazgo que ha puesto sobre la mesa la AEDV. Según los expertos en dermatología, esto se puede deber a un aumento de los trastornos de la conducta alimentaria, que derivan en una fuerte delgadez, dietas insuficientes y cambios hormonales que se alejan de lo saludable durante la pubertad.
Además del componente genético y el hormonal, la salud mental es fundamental para entender la alopecia, sobre todo algunos tipos como la areata.
Vivir una situación estresante, padecer una fuerte ansiedad o experimentar un episodio depresivo pueden desencadenar brotes de alopecia, afirman los especialistas en dermatología y psicología.
Estela tiene 24 años, padece alopecia areata y se dedica a las redes sociales, en las que visibiliza la calvicie con una combinación perfecta de realismo y humor. Esa naturalidad es la que ha llevado a la joven a acumular ya 727 mil seguidores en TikTok y 13 mil en Instagram.
Todo comenzó cuando Estela se dio cuenta de la falta de visibilidad de las mujeres con alopecia en las redes sociales. “Busqué en el hashtag de alopecia y no había mujeres de habla hispana hablando de ello y dije «a mí me hubiera gustado encontrar a alguien como yo en redes sociales» y en ese momento pues hice un ‘alopecia check’, que era sacar el lado bueno de las cosas de la alopecia, a la gente le encantó y vi muchísimo interés por ello, y dije pues a lo mejor estoy haciendo bien hablando de ello”, explica a Yasss.
Los mensajes de chicas agradeciendo su labor de visibilización no tardaron en llegar: “La acogida fue genial, la gente se reía mucho porque al final yo siempre lo hago todo desde el humor, la ironía y eso les llamo bastante la atención”.
El primer brote de alopecia de Estela se produjo a los 7 años, aunque no fue muy consciente de ello. “Con el tratamiento que me mandaron fue como una pesadilla que no recordaba”. Sin embargo, a los 22 años sufrió otro brote que coincidió con una mala etapa psicológica. “Tenía ansiedad y me diagnosticaron depresión, y creo que fue un cúmulo de cosas. Me centré mucho en el tema del pelo, en vez de centrarme en lo importante que era mi salud mental. El círculo vicioso de buscar desesperadamente un tratamiento y soluciones hizo que el proceso de la caída fuese aún más rápido”, comparte con Yasss.
Además de la repercusión de la alopecia en la salud mental, la joven reflexiona sobre los ámbitos en los que la alopecia tiene mayor impacto. “A día de hoy creo que en lo que puede afectar un poco es en el tema laboral y de ligar”, explica. “Laboral porque al final es muy importante la imagen y al tener tantísimo desconocimiento sobre el tema pues asocian a una mujer calva con el cáncer y eso es mala prensa para una empresa”.
Por otro lado, Estela critica ese prototipo de belleza que nos condiciona a la hora de conocer gente. “Buscamos perfiles 10/10 para mostrar a nuestra pareja superfelices en redes sociales en vez de buscar una persona que nos aporte en lo que es lo personal”, lo que se suma al desconocimiento sobre la alopecia femenina. “Ellos mismos proyectan sus inseguridades con las chicas con alopecia, y esto también pasa a la inversa. He escuchado comentarios del palo «no puedo estar con un hombre calvo» y es algo que me irrita bastante, porque al final no aprendemos que todos esos pensamientos son impuestos por dichos cánones”. Pero esto tiene una pequeña ventaja, ya que reconoce quitarse un peso de encima de conocer gente que no merece la pena.
El paso de Estela por el programa First Dates ha provocado una oleada de fans admirando su naturalidad al quitarse la peluca frente a las cámaras de televisión y en su TikTok. Sin embargo, esto no ha sido sencillo. “Hablando con el psicólogo me dijo una frase que voy a tener marcada de por vida y fue «debes ser consciente que todas tus inseguridades y complejos son creados por otras personas que realmente ni les importa tu vida» y claro para mí fue un punto de inflexión”, recuerda. En ese momento, comenzaron a trabajar en terapia los autocuidados y el amor propio. “Si a todo este trabajo le sumamos lo horrible que es llevar la peluca cuando las temperaturas son altísimas, hacen rozaduras, heridas y dije mira no voy a sufrir esto porque un grupo de personas vaya a decir de mi”.
Y con ese gesto aparentemente tan sencillo, pero con un trabajo psicológico detrás, Estela abrió la puerta a la comodidad, pero también a ciertos comentarios y consejos, como el de aquellos que le sugieren comprarse una peluca cuando en su TikTok muestra su calva. “Es lo que más odio, es una cosa que me enfada muchísimo y el problema está en que la gente no empatiza, porque claro como somos ‘bichos raros’, pues claro cómo vas a enfadarte porque te digan eso”, añade dejando claro que la alopecia no es algo que se deba ocultar ni cambiar.
También es habitual que en sus redes confundan su alopecia areata con una caída de pelo por cáncer, lo que da pie a frases como «no te preocupes, ya te crecerá otra vez», así como a intentos fallidos de restar importancia diciendo que ‘es solo pelo’. “El problema está en que no hay que decir absolutamente nada del físico de alguien”, afirma tajantemente. “Es algo que yo he aprendido a la fuerza, porque nunca sabes si le duele o no. Obviamente no me puedo enfadar porque no todos saben de la existencia de la alopecia femenina e intentan darme ánimos cuando no es así. Ahora mismo a mí me da igual que me lo digan porque bueno, está superado, pero hay otras personas que no, de hecho yo intento corregir este tipo de cosas y aun así siguen sin entenderlo”, nos explica.
Y a los consejos bienintencionados pero dañinos se suman los haters. “Lo que más recibo son insultos disfrazados de humor, algo de lo que me alimentaba al principio, porque contestaba de manera sarcástica y desde el humor para que la gente vea que hay que exponer a los acosadores, porque por mucho que digas que es humor, no tiene gracia en muchas ocasiones, y que el 80% de las veces que hagan eso esa persona se va a retractar y se va sentir mal”.
Finalmente, Estela lanza un mensaje a todas las mujeres que están comenzando a sufrir pérdida de cabello por la alopecia y se sienten inseguras al respecto. “Busca ayuda y no en tu familia o amigos, búscala en redes sociales y contacta con personas como tú. Al final hablar con alguien que pasa por lo mismo es un alivio y tu familia y amigos no llegarán a entender por el sufrimiento que pasas”.