En nuestra gastronomía, el huevo es uno de los ingredientes más comunes y utilizados. Tortillas, revueltos, ensaladas, cremas, salsas, repostería… Los comemos fritos, revueltos, pasados por agua… y nos aportan gran cantidad de nutrientes: proteínas, vitaminas B, vitamina D, minerales… Son buenas para la vista, ayudan a combatir el exceso de eso, disminuyen el riesgo de padecer enfermedades Y favorecen el desarrollo del cerebro. En definitiva, los consumimos de forma muy habitual, y con razón, pero algunos aspectos sobre este nutritivo el evento de nuestra cocina pueden pasar desapercibidos,. Por ejemplo, ¿alguna vez te has preguntado cuál es la diferencia entre un huevo blanco y uno marrón?
Aunque lo más frecuente es encontrar huevos de color marrón y rara vez nos encontramos con huevos de color blanco, esto no significa que uno sea mejor que el otro o que sus características nutricionales sean necesariamente diferentes.
El color de la cáscara viene determinado por la raza de la gallina ponedora, por lo que se trata de una diferencia que tiene que ver con la genética de la gallina, pero no con la calidad del huevo. Así, las gallinas marrones pondrán huevos de color marrón y las gallinas blancas pondrán huevos blancos.
Lo que sí es cierto es que los huevos de gallinas marrones suelen ser de mayor tamaño, y el tamaño sí influye en los aspectos nutricionales del huevo. En general, los huevos más pequeños contienen mayor proporción de yema, donde se encuentran la mayor parte de los nutrientes del huevo (hierro, zinc, ácido fólico, fósforo, vitaminas A, D, B6 y B12…) En el mismo sentido, los huevos más grandes suelen contener mayor cantidad de clara, que contiene proteínas y riboflavina, por lo que su valor nutricional también es importante.
Por lo demás, debe saber que los huevos se clasifican en función de dos categorías: A y B. A la hora de hacer la compra, solo encontrarás huevos de la primera categoría, ya que los segundos no son aptos para consumo humano directo. Los huevos también se clasifican por peso, de manera que encontrarás huevos de tamaño S, M, L y XL. En general, el tamaño del huevo tiene que ver con el tamaño de la propia gallina, de forma que las más jóvenes podrán huevos más pequeños que las mayores.
Por último, en cuanto a la alimentación y forma de cría de las gallinas, también encontramos una clasificación muy importante. En el ámbito de la Unión Europea, los códigos impresos de los huevos combinan números y letras, siendo el primer número el que determina la cría y alimentación de las gallinas. Así, cuando el número inicial sea el 0, nos encontraremos ante huevos ecológicos, lo que significa que la gallina ha sido criada en libertad y que se ha alimentado con cereales y pienso ecológico al menos en un 80 por ciento.
Por su parte, los huevos cuyo código comience por 1 corresponden a gallinas camperas, criadas en libertad y con una alimentación ecológica en un porcentaje inferior al 80 por ciento. Los huevos 2 corresponden a gallinas de suelo que viven en naves o en gallineros y que se alimentan de pienso, sin salir al exterior. Los huevos 3 proceden de gallinas criadas en jaulas.