Belén acaba de cumplir los 30, es arquitecta y vive en Londres, ciudad en la comparte piso en la zona de Westminster junto a su marido Ricardo, economista y de su misma edad, que decidió acompañarla en su aventura hace casi tres años. Allí trabajan "de lo suyo" con muy buenas condiciones, proyectos muy interesantes y rodeados de personas con un background muy distinto. Y claro, allí también les ha tocado vivir la crisis del coronavirus, lejos de su familia y con la incertidumbre de no saber cuándo van a poder volver a España a abrazarlos. ¿Notan que están mejor preparados en Reino Unido que aquí? ¿Cómo funciona la sanidad allí? ¿Pensaron en volver cuando estalló todo? En Yasss te explicamos cómo es vivir el confinamiento a más de 1.200 kilómetros de casa, desde la tierra del Brexit.
Si tuviese que valorar su experiencia en Londres, lo cierto es que Belén está bastante contenta: "desde que nos vinimos aquí, se nota que es un país con muchos recursos y más oferta de empleo (el paro por ejemplo era prácticamente nulo antes del COVID-19)", explica a Yasss por mail. Incluso si sacamos a relucir el famoso Brexit, pregunta obligada, el balance sigue siendo positivo porque al menos, por ahora, tampoco es que vea muchos cambios que los afecten directamente en su día a día "solo que la incertidumbre no ayuda ya que muchos proyectos se paralizan o se postponen". Lo que sí que nota en cambio es que, aunque la cultura inglesa es de hablar poco de política en el trabajo, ahora sí que están escuchando más comentarios de la gente sobre ello (y la mayoría, según explica, no está de acuerdo con las decisiones tomadas).
Haciendo una comparativa rápida con España para ponernos un poco en situación, el confinamiento allí arrancó apenas una semana después, el 23 de marzo, cuando el primer ministro Boris Johnson lo decretó de forma oficial hasta el 7 de mayo.
Actualmente ya dan por superado el pico de contagios aunque las cifras parezcan bastante "altas": según los últimos datos, el Gobierno británico ha elevado a 18.700 la cifra de fallecidos por coronavirus y el país supera ya los 138.000 positivos. Finalmente, para situar la situación de la pandemia de Reino Unido con respecto al resto del mundo, es el sexto país del mundo en número de casos, por detrás de Estados Unidos, España, Italia, Francia y Alemania.
Si les preguntamos cómo están llevando el aislamiento, Belén y Ricardo lo están llevando bastante bien. Ellos mismos reconocen que tiene suerte: viven en un piso para ellos solos, sus empresas les han dado muchas facilidades y tienen un "despacho" improvisado en diferentes habitaciones de la casa que les permite hacer calls o videollamadas sin molestarse el uno al otro. En cambio, muchos de sus amigos no pueden decir lo mismo ya que en Londres todo el mundo vive de alquiler y pocos cuentan con un espacio para trabajar. Allí lo habitual es que la gente pase muchísimo tiempo fuera de casa y por lo tanto, no tienen tanto ese ‘concepto de hogar’: "No es fácil teletrabajar con cuatro personas más compartiendo un salón que no tiene cuatro sillas. Muchos han tenido que comprarse mesas, sillas… lo esencial", apunta la arquitecta.
Una de las quejas más frecuentes de la gente que hemos escuchado aquí, sobre todo al inicio de la crisis, es que opinan que el Gobierno actuó un poco tarde a la hora de tomar medidas que ayudasen a frenar la curva de contagios por COVID-19 y, por tanto, también la de muertes. ¿Fue más rápido el británico? A juicio de Belén no: simplemente han tenido más tiempo para prepararse y esto ha sido vital. "Sí que parece que han afrontado más crisis en el pasado y en la mentalidad de la población hay un 'orgullo por el país' que se echa de menos en España muchas veces", reflexiona.
Si hablamos de medidas diferentes entre ambos países, una bastante positiva que aplicaron bastante rápido según nos cuenta Belén, es que por ejemplo, ante el gran impacto que supone para muchos no contar con el apoyo de familias grandes y cercanas como con las que podemos contar en España, el Gobierno pidió voluntarios para ayudar a la gente mayor que está sola en sus casas, enfermos o personal sanitario para cosas básicas como el transporte o hacer la compra. "Pidieron 250.000 voluntarios y actualmente ya hay más de 600.000. Cosas así, marcan la diferencia en cómo se afronta una crisis".
No obstante, sí que hay otras muchas que se echan de menos de España: "Aquí no hay tanto sentimiento de comunidad a las 20.00 de cada día. No ha habido muchas iniciativas como las que se están desarrollando en toda España o, si las hay, son muy sesgadas. Hicimos un gran aplauso un jueves y fue bonito. Pero creo que se deberían hacer más. Lo que nos contáis de España es muy valioso".
Eso sí, si hay algo que nos une a ingleses y a españoles es nuestra "ida de olla con la comida": "El tema de comprar comida nos preocupaba un poco, porque no deja de ser una isla que importa mucha comida de España e Italia, por lo que tras las primeras semanas de compras compulsivas de la gente, los supermercados estaban vacíos y pusieron racionamiento de artículos (aún sigue) para que siempre haya comida". Aquí no nos han racionado el papel higiénico, la harina o las cervezas de milagro...
En cuanto al tratamiento de la información sobre el virus, han notado mucho que los medios de comunicación ingleses den mucha visibilidad a los estudios de investigación locales. Cada día suelen encontrarse noticias poniendo en valor a una institución diferente, con estudios y medidas que otros países ya están adoptando. Por otro lado, "también hemos visto un poco la deriva de los políticos que van improvisando: de decir que era una gripe común, a que mejor que nos contagiásemos todos para generar inmunidad y finalmente al confinamiento, todo en menos de un mes… ¡cómo ha cambiado el discurso! Y al final, el príncipe Carlos y el Primer Ministro, se han contagiado de Coronavirus…".
A todo esto, ¿la sanidad es distinta en Reino Unido que en España? ¿Cómo es ir allí al médico? ¿Y si se contagian? Frente a esto Belén explica que funciona parecido a España y que si trabajas allí se puede acudir sin problema a la sanidad pública: "Tenemos que decir que por ahora, nuestra experiencia fue muy buena. También se nota que hay muchos enfermeros y médicos españoles (y de otros países) trabajando en la Sanidad".
¿Os planteasteis "volver" en algún momento cuando estalló todo?, le preguntamos a Belén también de forma obligada: "Sí, un montón. Varios amigos nuestros se volvieron ante lo que pudiera ocurrir pero nosotros decidimos quedarnos. También depende de la situación de cada uno… Sin embargo, hay que ser responsables y tratar de minimizar el movimiento y utilizar los menores medios de transporte posibles", confiesa.
Vivir el confinamiento lejos de sus familias, como todos nosotros por otro lado, no es fácil. Lo "bueno" es que les consuela que no cambiaría mucho su situación estando en España ya que de todas formas tampoco podrían verlos. "Lo que sí se hace raro es la incertidumbre, ya que solemos ir mucho a España y estamos deseando que acabe esto para poder coger un vuelo y volver a abrazar a los nuestros. También se hace difícil que desde aquí no tienes ese sentimiento de 'pase lo que pase', al menos estamos en casa con la familia", prosigue.
Por si fuera poco el pasar una pandemia mundial lejos de los suyos fuera poco, en el caso de Belén hay que sumarle además otro hándicap: su madre y su hermana son enfermeras y llevan trabajando en Madrid desde que empezó la crisis viviendo, en primera persona, cómo se saturaban las urgencias y cómo tenían que atender sin el equipo suficiente. ¿Cómo se lleva esto? "Pues es un sentimiento agridulce", explica. "Por un lado, siento mucha preocupación por las dos, ya que sé que los recursos son limitados, están trabajando muy duro y sé que en su servicio ya hay algún miembro del personal contagiado. Sin embargo, por otro lado, siento un orgullo gigante por ellas. Son las dos unas valientes y tienen unas energías incansables por ayudar. Su perseverancia y sus ganas de ayudar son de admirar".