Nadie se esperaba la crisis sanitaria que ha provocado la pandemia del coronavirus. Cuando hacíamos planes para el 2020 nadie habría podido imaginar que pasaríamos varias semanas durante los meses de marzo y abril encerrados en nuestras casas por obligación. Nunca se les pasó por la cabeza, ni a Marta, una sevillana de 16 años, ni a su familia, que un acontecimiento como el que estamos viviendo ahora podría pillarles tan lejos.
Marta llevaba mucho tiempo tratando de convencer a sus padres para que la dejasen hacer un curso de intercambio en el extranjero: "Desde que soy muy pequeña me ha gustado mucho viajar y aprender sobre otros lugares y culturas", cuenta Marta. "Todo empezó siendo un "no, todavía eres muy pequeña", pero este año gracias a las becas de IEDUEX pude venir".
Ahora vive en Three Rivers, Michigan, una pequeña localidad de apenas 8.000 habitantes, a medio camino entre Chicago y Detroit. Del mismo modo que les ha pasado a todos los estudiantes españoles, las clases de Marta han sido suspendidas hasta el 13 de abril para que la gente se quede en casa y se eviten los contagios de COVID-19. Una situación muy difícil que se vuelve un poco más amarga cuando no puedes estar junto a tus seres queridos. Marta solía hablar con su familia un par de veces por semana. Ahora, hablan todos los días: "Por ambos lados estamos un poco asustados por la situación que nos ha tocado vivir, y más yo estando a tantos kilómetros de casa".
A pesar de sus circunstancias personales, Marta no se viene abajo. Ella es consciente de lo que está pasando: "Es una situación muy difícil pero creo que se esta tratando con la importancia que se debe. Es crucial que todo el país haga la cuarentena y se sigan las recomendaciones que se están impartiendo para evitar la propagación del virus". Por eso, tanto ella como la familia de acogida con la que vive en EEUU han decidido ayudar en lo que puedan.
"El hospital de nuestra comunidad compartió un mensaje de necesidad de recursos por Facebook y pedía a todos los ciudadanos que si tenían algún tipo de material en casa que por favor lo donasen al hospital. Actualmente estamos encerrados en casa, por lo que se nos ocurrió coger algunas telas y ponernos a fabricar las nuestras", explica Marta.
La madre de Marta compartió en Facebook una publicación, mostrando su orgullo por su hija, en la que podía verse a Marta cosiendo estas mascarillas.
"Las hacemos uniendo tres capas de tela y uniéndoles unos elásticos. Lo cosemos todo junto con la máquina de coser y las planchamos y limpiamos muy bien. Hemos creado en casa una cadena de producción y cada uno hace un trabajo, uno dibuja, otro corta...", comenta Marta. Estas mascarillas no son homologadas, por supuesto, pero sí ayudan a reducir los contagios entre sanitarios y enfermos que no tienen otro material: "Nos han dicho que son muy necesarias para los demás trabajadores del hospital como enfermeras, o las personas que trabajan en la recepción".
Marta está volcada en poner su granito de arena. Aunque también está preocupada por su curso escolar. Ella, mejor que nadie, sabe lo importante que es la educación. El pasado mes de febrero participó en el Foro Internacional de la Educación en la sede central de las Naciones Unidas en Nueva York aportando ideas sobre cómo resolver los problemas de escolarización en África. "Aún no sabemos qué pasará con las actividades relacionadas con el curso, como los viajes, la prom o la graduación. Aún no se sabe si las van a aplazar, cancelar... pero esperemos que todo termine lo mejor posible y ayude a que todos protejamos nuestra salud al máximo", termina diciéndome Marta, que aún mantiene la esperanza de poder acabar el curso en Estados Unidos y por eso aún no se ha vuelto a España a pesar de las recomendaciones del Gobierno de repatriar a todos los españoles que se encontraban en el extranjero cuando la crisis empezó.
¡Le deseamos todo el ánimo del mundo!