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Los cajeros automáticos son una herramienta fundamental en la gestión del dinero en efectivo. A pesar del auge de las transacciones digitales, tener dinero físico sigue siendo una necesidad de nuestro día a día. Sin embargo, el proceso para obtenerlo no está exento de riesgos. Los fraudes bancarios relacionados con cajeros automáticos han aumentado en los últimos años, con técnicas cada vez más sofisticadas para robar datos personales y acceder a las cuentas de los usuarios.
Ante este panorama, distintos expertos en seguridad bancaria han identificado una acción simple pero efectiva para reducir los riesgos: pulsar la tecla "Cancelar" después de cada transacción. Esta simple práctica puede prevenir fraudes y garantizar que la sesión en el cajero no quede abierta ante posibles manipulaciones posteriores de parte de terceros.
Los expertos en ciberseguridad y seguridad bancaria coinciden en que pulsar la tecla "Cancelar" al finalizar una transacción es una medida preventiva esencial. Entre los motivos que justifican esta práctica, está el hecho de que algunos cajeros automáticos, especialmente los más antiguos o aquellos con fallos en su software, pueden tardar en cerrar la sesión tras una retirada de efectivo. Esto podría permitir que una persona que utilice el cajero inmediatamente después tenga acceso a datos sensibles o, en casos extremos, pueda realizar nuevas transacciones con la cuenta del usuario anterior.
Además, pulsar esta tecla también previene la impresión de recibos innecesarios con datos personales. Estos comprobantes pueden contener información confidencial, como el número de cuenta parcial o el saldo disponible, que podrían ser utilizados por ciberdelincuentes para perpetrar fraudes.
Otro aspecto importante es que minimiza el riesgo de clonación de tarjetas, en aquellos casos en que los delincuentes instalan dispositivos en los cajeros automáticos para capturar la información de la banda magnética de la tarjeta y el PIN ingresado. Pulsar "Cancelar" puede ayudar a cerrar completamente la operación y reducir la posibilidad de que los datos queden almacenados temporalmente en el sistema del cajero.
También se trata de una práctica que protege contra el "cash trapping". Esta técnica fraudulenta consiste en colocar dispositivos en la ranura de salida del dinero para retener los billetes que el cajero expulsa. El usuario cree que la operación ha fallado y se retira, dejando el efectivo atrapado. Posteriormente, el estafador recupera los billetes. Si el usuario pulsa "Cancelar" tras la transacción y revisa el estado de la operación, podría detectar irregularidades a tiempo.
Además de pulsar "Cancelar" después de cada transacción, existen otras recomendaciones de seguridad para minimizar riesgos:
Al fin y al cabo los cajeros automáticos son los puntos más expuestos de cualquier banco, y por ello son susceptibles a que terceras personas interesadas intervengan con intención de aprovecharse de nuestros despistes.
