Lo de sacar dinero en el cajero cada vez es más complicado y ya no es solo un problema en los municipios más pequeños. El cierre de oficinas se empieza a notar también en las grandes ciudades y afecta ya a muchos clientes, que tienen que caminar unas cuantas manzanas más que antes para encontrar un cajero de su banco.
Calamocha, en el noroeste de la provincia de Teruel, es uno de los más de 3.000 municipios de España (3.230 en total) que no tiene banco ni cajero. Una situación que afecta a toda la población, no solo a los mayores. Antes había una sucursal en la localidad en la que se llevaban incluso las cuentas de todos los consistorios de los alrededores y de la coperativa. Ahora, sin embargo, los habitantes tienen que recorrer 26 kilómetros para sacar dinero.
"Hay que tener previsión, acumular efectivo y cambio", señala un hostelero local. Y es que desde la pandemia han desaparecido el 7,5% de los cajeros en España, y no solo en los pueblos, también en las grandes urbes.
"El recorte ha sido tan rápido y enorme que esta causando problemas en las propias ciudades", explica Manuel Pardos, presidente de la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (Adicae). Por ejemplo, en algunas sucursales del centro de Valencia, las colas para sacar dinero se eternizan.
"Esto es todos los días", comenta una mujer con indignación. "Hay días que llega la cola llega hasta allí y digo, más tarde pasaré", agrega otro hombre, indicando un punto alejado. Las fusiones se han llevado por delante muchas oficinas. "Si quieres que te atiendan dentro del banco ya... Pero no este banco solamente eh, son todos", sentencia otro residente. Desde 2008 han desaparecido el 58% de los cajeros.