Aunque parezca una obviedad señalar que la mayor diferencia entre el Ártico y la Antártida es que son dos lugares diferentes, lo cierto es que no es raro que muchas personas desconozcan este dato y las confundan. Tienen cierran semejanzas, pues en ambos hace mucho frío, pero también existen notables diferencias entre ambos lugares y, conocerlas, puede ayudar a que nunca más vuelvas a confundirlos.
Más allá de ser lugares distintos, tal y como señalábamos anteriormente, estos dos rincones del planeta tienen grandes diferencias, como por ejemplo el lugar que ocupan en el mismo, uno en cada polo: el círculo polar ártico y el círculo polar antártico. Uno está en el norte (Ártico) del planeta y el otro está en el sur, lo que influye más de lo que pensamos a la hora de marcar sus diferencias.
El Ártico es un mar de hielo que está rodeado de tierra. Hasta seis países diferentes bordean el océano Ártico: Canadá, Alaska (Estados Unidos), Groenlandia (Dinamarca), Rusia, Noruega e Islandia. Por otra parte, la Antártida está considerada un continente (aunque no es como prefiere definirlo la comunidad científica), está formado en su mayor parte por una capa de hielo (es un 98% hielo), lo que quiere decir que bajo el mismo hay una corteza terrestre.
Mientas que el Ártico está formado principalmente por agua de mar congelada, la Antártida se calcula que contiene el 70% del agua dulce del planeta.
Mientras que en la Antártida no existió la presencia humana hasta la década de 1.821 y actualmente solo está habitada durante parte del año por algunas bases científicas, el Ártico cuenta con una población de unos 4.250.000 habitantes en las áreas que rodean al mar. Esto, no hay duda, está marcado por las temperaturas de ambos lugares, donde de nuevo encontramos semejanzas y diferencias.
Si bien ambos están considerados los más fríos del planeta, las temperaturas del Ártico no son tan extremas, aunque en invierno pueden alcanzar los -40 °C, sin embargo, en esta zona hay asentamientos tribales desde hace siglos, así como fauna; el Ártico es tierra de osos polares, pero también de los zorros polares y los caribúes, los narvales, las belugas o las morsas, entre otros.
En la Antártida las temperaturas más bajas pueden llegar a alcanzar los -90 °C, la zona menos inhóspita está en la costa oeste, donde las temperaturas durante los meses de verano no bajan de 0 °C. Su clima es más seco, con precipitaciones más típicas de un desierto. En esta zona hay más especies de aves que en la otra y, además, es posible observar ballenas, focas, elefantes marinos y pingüinos. No obstante, debido a las temperaturas, el Ártico tiene más vida.
Ambos son lugares fríos, en ambos el hielo es uno de los grandes protagonistas (ambos son conocidos por sus icebergs, aunque de tamaños diferentes), en los dos puntos existen las auroras boreales, aunque unas son más famosos que las otras (en la Antártida se conocen como auroras australes)... similitudes que siguen marcando las diferencias de dos rincones que no podrían estar más alejados entre ellos y que conviene saber distinguir.