¿Por qué no hay señales que indican dónde están los puntos de recarga de coche eléctrico?

La movilidad sostenible ha ganado terreno de manera significativa en los últimos años, con los coches eléctricos posicionándose como una alternativa ecológica y eficiente frente a los vehículos de combustión interna. Sin embargo, no todo son ventajas. A día de hoy, la red de puntos de carga es insuficiente, y la gran mayoría de conductores se enfrentan a problemas de logística importantes cuando se desplazan en su vehículo.

Para empezar, echar gasolina en un coche de combustión interna es mucho más sencillo que hacerlo con un eléctrico. En el primer caso, nos basta por conducir y consultar el GPS o el teléfono o mirar la propia carretera, donde las estaciones de servicio vienen señalizadas con claridad y es cuestión de minutos que lleguemos a una y repostemos. Pero ¿por qué esto no sucede con los coches eléctricos?

¿Por qué hay tan pocos puntos de recarga?

Cualquiera que conduzca un eléctrico ya se habrá enfrentado a una de las situaciones más incómodas que se presentan en carretera: además de tener pocos, los puntos de recarga no están señalizados en la vía de ninguna manera, y, de hecho, cualquier guía de iniciación en este tipo de vehículos indica la importancia de organizar el viaje con antelación y planificar la ruta de forma mucho más precisa que lo que lo haríamos con un vehículo convencional.

Grandes ciudades como Madrid, Barcelona y Valencia cuentan con una mayor concentración de estaciones de recarga, y por tanto es más difícil quedarse vendido. En áreas rurales y menos pobladas, la infraestructura es menor, lo que puede generar una "ansiedad de autonomía" entre los conductores que temen quedarse sin batería en medio de un trayecto.

Al no tener información clara con la ubicación de los puntos, se hace imprescindible tenerlos localizados de antemano a través de la aplicación de un operador, de Google o de Electromaps. El eléctrico tiene multitud de ventajas, pero esta no es una de ellas. Obliga a gastar más tiempo del que nos gustaría en una previsión que con un coche de combustión no es necesaria.

Hay que contar además con que existen múltiples operadores (Repsol, Iberdrola, Zunder, Wenea) que pugnan por llevarse el gato al agua, cada uno con sus propias tarjetas de acceso, aplicaciones móviles y sistemas de pago. Esta fragmentación suele ser frustrante para los fanáticos de la movilidad sostenible, que se ven obligados a registrarse en múltiples plataformas y gestionar diferentes métodos de pago. Más tiempo perdido.

¿Por qué los puntos de recarga de los coches eléctricos no están señalizados?

Según la Asociación Española para el Desarrollo de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE), tras diversas reuniones mantenidas con la Dirección General de Carreteras, dependiente del Ministerio de Transportes, ya se está trabajando para mejorar la señalética de los puntos de recarga en las carreteras. España lleva mucho retraso en este sentido, explica su director, Arturo Pérez de Lucia, en declaraciones para El Español. Nuestro vecino, Portugal, nos ha tomado la delantera. Francia ya cuenta con la CE 15i, una señal que indica la existencia de punto de repostaje eléctrico cercano, muy reconocible y fácil de entender.

Según el director de la AEDIVE, nuestra señalización deficiente obedece sobre todo a un problema de desarrollo normativo que ha dificultado la mejora de la visualización de los puntos de recarga en la red viaria de nuestro país. La propia DGT ya desarrolló en su momento la MOV 2022/12, un sistema pictográfico que no llegó a implantarse. “Establecía los pictogramas que identifican la ubicación y principales características de los puntos de recarga en carreteras y vías urbanas”, explica Pérez de Lucia.

El experto recalca la falta de un desarrollo normativo que unifique la forma de señalizar las estaciones, y menciona el reglamento 2023/1804 del Parlamento Europeo, el marco jurídico sobre el que trabaja el Ministerio de Transportes “para dar contenido a dicha normativa de despliegue de señalética en la red de carreteras de la RTE-T o a menos de 3 km de distancia de conducción desde la salida más próxima de una de estas carreteras". Como explica el experto, es responsabilidad de cada estado miembro de la UE implantar una red funcional, con todos los puntos de recarga que sean necesarios. A España todavía le toca trabajar para ponerse al nivel de sus homólogos europeos.