¿Cómo afecta el calor a los coches eléctricos?

El calor extremo puede tener varios efectos adversos en los coches eléctricos, afectando a su rendimiento, a la vida útil de la batería y también a la comodidad del conductor y los pasajeros. Te contamos las formas en que el calor afecta a los vehículos eléctricos y las mejores formas para minimizar estos efectos.

Los tres impactos del calor en tu coche eléctrico

  • Rendimiento y autonomía Reducidas: El calor extremo puede reducir significativamente la autonomía de los coches eléctricos. Según estudios, cuando la temperatura supera los 35°C, los vehículos eléctricos pueden perder entre el 20% y el 30% de su autonomía total. Esto se debe en gran parte al esfuerzo adicional que requiere el sistema de aire acondicionado para mantener el interior del vehículo a una temperatura confortable, así como al calor generado por la batería y otros componentes electrónicos.
  • Degradación acelerada de la batería: Las baterías de iones de litio, que son habituales en los vehículos eléctricos, son sensibles a las altas temperaturas. El calor excesivo acelera las reacciones químicas dentro de la batería, lo que puede llevar a una degradación más rápida. Esto no solo reduce la capacidad de la batería a lo largo del tiempo, sino que también puede aumentar el riesgo de fallos o daños graves, como la generación de gases que pueden causar fisuras en la carcasa de la batería o, en casos extremos, incluso explosiones.
  • Impacto en los neumáticos y otros componentes: El calor extremo también afecta a otros componentes del vehículo, como los neumáticos, como pasa en todos los coches al fin y al cabo. Las altas temperaturas pueden aumentar la presión en los neumáticos, lo que puede llevar a un desgaste más rápido y potencialmente a fallos. Además, los sistemas de refrigeración del vehículo tienen que trabajar más para mantener las temperaturas operativas seguras, lo que puede aumentar el desgaste de estos sistemas.

Formas de minimizar los efectos del calor en los coches eléctricos

En primer lugar, es conveniente evitar cargar la batería al 100% en días calurosos. La mayoría de los fabricantes de vehículos eléctricos recomiendan cargar hasta un 80% para reducir el estrés en la batería. Esto ayuda a mantener las temperaturas internas de la batería más bajas y prolonga su vida útil.

Una vez estamos al volante, es recomendable conducir en modo eco, ya que puede ayudar a reducir el consumo de energía del vehículo, lo que puede ser especialmente beneficioso en condiciones de calor extremo. Este modo limita la potencia del motor y optimiza el uso del aire acondicionado para maximizar la eficiencia energética.

Además, no hay que olvidar el viejo truco de siempre que sea posible, estacionar el vehículo en un lugar a la sombra o en un garaje. Esto ayuda a mantener la temperatura del vehículo y la batería más bajas, reduciendo la necesidad de enfriar el interior antes de conducir.

En los días de más calor, preenfriar el vehículo mientras está conectado a la red eléctrica puede ser una estrategia efectiva. Al hacerlo de esta manera se utiliza la energía de la red en lugar de la batería para enfriar el vehículo, preservando así la autonomía de la batería una vez que comiences a conducir.

El calor puede tener un impacto significativo en el rendimiento y la longevidad de los coches eléctricos. Sin embargo, siguiendo ciertas directrices de conducción, mantenimiento regular y con estrategias para mitigar el estrés térmico, es posible minimizar estos efectos y mantener tu vehículo eléctrico funcionando de manera eficiente incluso en condiciones de calor extremo.